Inmigración ilegal

Dos niños logran llegar desde Tánger a Valencia en los bajos de un camión

Los menores, de entre 12 y 14 años, fueron sorprendidos cuando merodeaban por la estación de autobuses

Las Provincias, TONI BLASCO, 28-09-2007

Dos niños , de entre 12 y 14 años de edad, lograron llegar desde Tánger a Valencia escondidos en los bajos de un camión. Los menores fueron sorprendidos por unos vigilantes en la estación de autobuses de Valencia el pasado sábado, cuando buscaban un sitio para pasar la noche. Al parecer, algunos compatriotas les habían dicho que en esas instalaciones podían dormir sin problemas. Los dos niños no hablan nada de castellano, pero un agente municipal que sabe árabe fue localizado e hizo de intérprete. La Policía Local trasladó a la pareja a un centro de protección. Madrugada del pasado sábado. Dos menores merodean por los alrededores de la estación de autobuses de Valencia. A los vigilantes les llama la atención la presencia de dos niños solos a tan altas horas de la madrugada.

El personal de seguridad acude rápidamente para tratar de ver qué ocurre. Las preguntas a los niños no obtienen respuesta. Es más, los pequeños, de entre 12 y 14 años de edad, no entienden ni una palabra de castellano. Inmediatamente, los vigilantes llaman al teléfono 092, de la Policía Local.

Los agentes se desplazan a la estación de autobuses, pero sus preguntas siguen sin tener respuesta. Ante esta situación, los policías llaman a otro compañero que domina el árabe y que casualmente esa misma noche está de servicio.

Al cabo de unos minutos, llega el agente que hace de intérprete. La respuesta que recibe de los menores le deja sorprendido: “Los dos niños habían viajado desde Tánger a Valencia escondidos en los bajos de un camión”.

Según lo que comentaron a este policía, la pareja estaba buscando un sitio para dormir y “unos compatriotas les habían dicho que en la estación de autobuses podrían hacerlo”. De hecho, son varias las personas que pernoctan habitualmente en estas instalaciones, muy próximas al viejo cauce del Turia. Los menores fueron trasladados esa misma noche a un centro de protección de Valencia, según las fuentes.

No es el primer caso de niños y jóvenes que se juegan la vida por llegar a España. Las pateras son una de las posibilidades, pero cuando el estado del mar es más complicado –especialmente en invierno– optan por cruzar el Estrecho escondidos en los bajos de un camión.

Desde el amanecer

LAS PROVINCIAS ya relató el pasado mes de julio la situación que se vive a diario en las inmediaciones del puerto de Tánger. Alrededor de las instalaciones se reúnen varias decenas de jóvenes desde las primeras horas de sol.

Algunos intentan convencer al transportista para subir en su vehículo, pero todos se niegan. Saben lo que se juegan. Otros adolescentes optan por subirse en el techo, esconderse en los bajos del vehículo o incluso viajar camuflados entre la mercancía.

Los que no consiguen su propósito ese día se dedican a pedir limosna durante el resto de la jornada a los turistas que visitan la ciudad. Por la noche acuden a dormir a la playa y nada más sale el sol, vuelta a empezar.

Transportistas valencianos denunciaron este verano la situación. Algunos admitieron la dificultad de viajar por el país. “No me fío ni de parar a poner gasolina. En cualquier momento pueden entrar o forzar las puertas”, explicó uno de ellos. En algunos casos incluso se ha descubierto a adolescentes en la misma cabina del conductor.

El último caso de estas peligrosas travesías se produjo el pasado mes de febrero. Entonces, la Guardia Civil detectó a dos jóvenes de 15 y 18 años que habían viajado en los bajos de un camión desde Algeciras hasta Castellón. Entre la ciudad gaditana y Cabanes –donde fueron localizados– hay entre 840 y 900 kilómetros, según las carreteras elegidas por el trayecto.

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