Barcelona vuelve a ser la capital de la literatura latinoamericana
El Mundo, , 28-09-2007Las literaturas de México y Perú coinciden en la ciudad, mientras la mayoría de los autores recopilados en la polémica Bogotá 39 publican aquí. Como en los dorados tiempos del ‘boom’, Barcelona vuelve a imponerse como trampolín y escaparate de la narrativa iberoamericana Mucha agua ha pasado bajo el puente desde los tiempos en que Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar – entre sus idas y vueltas de París – paseaban por las calles barcelonesas.Más de tres décadas de encuentros y desencuentros entre la ciudad que inventó el boom – con la astucia de Carmen Balcells mediante – y la avanzadilla de las letras iberoamericanas. La Barcelona de entonces funcionaba como escaparate y plataforma de lanzamiento para toda una generación de escritores. Hoy la historia parece repetirse, pero sin nostalgia ni revival.
Barcelona vuelve a erigirse como la meca de los autores latinoamericanos y la razón es triple. El próximo lunes arranca el festival Fet a Mèxic, «el mayor desembarco de mexicanos de la historia», en palabras de Jorge Herralde. Y dos días después se le sumarán los autores peruanos porque la Feria Internacional del Libro Liber 2007 acoge a ese país como invitado de honor. Como si fuera poco, la polémica antología Bogotá 39 (Ediciones B), organizada por el Hay Festival y la Alcaldía de la capital colombiana, consagra en estos días un cánon de escritores latinoamericanos menores de 39 años, en su mayoría refrendados por sellos barceloneses.
Para los mentores de Fet a Mèxic, los mexicanos David Colmenares, Enrique Díaz Alvarez y Fernanda Alvarez y la catalana Lolita Bosch, la explicación es sencilla. «Barcelona es hoy la capital mundial de la edición en lengua castellana», acuerdan. Pero los motivos para elegir la ciudad como residencia distan mucho de los que movían a la generación del boom. «Como epicentro de la industria editorial, Barcelona es atractiva por las posibilidades que se abren en los márgenes de la literatura», dice Colmenares, quien se gana la vida como traductor y lector profesional.
El mismo caso es el de Díaz Alvarez, autor además del documental Café con Shandy. «Es triste, pero publicar aquí sigue siendo el sueño de muchos escritores latinoamericanos», asegura, porque persiste «el viejo mito del boom y te dan ganas de probarlo», confiesa Colmenares. Aunque reconocen que la publicación barcelonesa no se traduce necesariamente en una consagración a nivel continental, «si se le pregunta a un latinoamericano dónde prefiere publicar: en una editorial independiente y como Era y Losada o un gran grupo editorial español, seguramente preferirá lo segundo», dice Bosch. Y como el viaje de vuelta de los libros es más trabajoso que el de ida de los autores, «estamos un tanto balcanizados porque los latinoamericanos ya no nos leemos entre nosotros mismos», apunta Díaz Alvarez.
De hecho, «un escritor como Volpi está mucho más normalizado aquí que Marsé en México, a quien se lo sigue viendo como un escritor puramente barcelonés», señala Bosch. Para la directora de Fet a Mèxic, si de algo peca la antología Bogotá 39 es justamente de esta asimetría entre América y Europa. «Muchos de estos 39 autores tienen con Barcelona sólo una relación estrictamente comercial», fustiga. El festival que ella dirige propone lo contrario.«Fet a Mèxic es un cruce de miradas, saltándonos las directrices editoriales, porque viene mucha gente que no publica en España.La intención es plantear un diálogo entre iguales, no para hablar de literatura mexicana o catalana, sino de literatura a secas», aclara.
El peruano Santiago Roncagliolo – invitado a participar en la feria Liber junto a sus compatriotas Daniel Alarcón y Rocío Ferreira, entre otros – no tiene tan claro la centralidad de Barcelona en el nuevo mapa de las letras latinoamericanas, aunque lleve dos años viviendo en la ciudad atraído «por la concentración y el dinamismo de su vida cultural». «Ya no es necesario vivir aquí porque hoy el mundo editorial se rige por una red de intermediarios sin centros geográficos», afirma. Pero reconoce que la ciudad propicia el diálogo y el conocimiento mutuo entro los autores.
Para el colombiano Juan Gabriel Vásquez «el imán barcelonés atrae hoy más por razones personales que literarias», como sucedía en los tiempos del boom. Pero la ventaja actual es que «Barcelona vuelve a apreciar y a leer bien nuestra literatura como en los años 70, cosa que no sucedió con la generación intermedia del Crack mexicano y del grupo McOndo», opina el autor.
Juan Gabriel Vásquez
«Barcelona otra vez está leyendo bien nuestra literatura, cosa que no sucedió con la generación posterior al boom», apunta el autor de la elogiada Historia secreta de Costanagua, integrado en la ciudad desde hace casi una década.
Guadalupe Nettel
«A un autor mexicano le resulta imposible que lo lean en Buenos Aires, si no publica en una editorial española», esgrime la autora de El huésped, novela finalista del Premio Herralde, que reside en la ciudad desde 2005.
Santiago Roncagliolo
El joven escritor peruano, autor de Abril rojo, discrepa. «No hace falta vivir aquí porque el mundo editorial hoy se rige por intermediarios», dice. Pero reconoce que la «visibilidad» de los sellos barceloneses facilita mucho las cosas.
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