Este gitano de 53 años, luchó en los ochenta por erradicar la droga de las familias de su comunidad en Otxarkoaga y San Francisco. Ahora, lucha por eliminar la idea de que el colectivo gitano es culpable de la conflictividad de Otxarkoaga. Pide tiempo, diálogo y apoyo.

bilbao.¿Es la primera vez que sucede algo así en Otxarkoaga?

En los ochenta se le llamaba ‘el estanco de la droga del norte’. Los gitanos nos dimos cuenta de que era un problema y limpiamos el barrio por completo. En San Francisco se enfrentaron entre los payos, porque muchos nos apoyaban a nosotros, pero eso es lo que hace falta. Apoyo entre payos y gitanos para eliminar los problemas.

¿No se ha contado con ustedes antes de llegar al extremo de convocar una manifestación?

No. Hemos intentado solucionar siempre nuestros problemas, pero nos echan tanto encima y nos culpan de tantas cosas que a veces ni se puede. Si tenemos que tapar nuestros trapos sucios, avisadnos, y ya lo solucionamos todos juntos. La autocrítica nuestra es muy dura cuando hay un problema, y siempre nos reunimos para solucionar las cosas. Si hay un problema con un gitano, hablamos con su familia y se lo exponemos para que tomen medidas.

¿Llegaron a algún acuerdo en la reunión que mantuvieron el martes con Iñaki Azkuna?

Se habló del tema y no se llegó a ningún acuerdo. Se comentó el problema porque lo que se intenta es que haya una convivencia. El alcalde lógicamente dirige su casa y quiere que vaya todo bien. Lo bueno es que haya un diálogo y buenas formas para atajar las cosas, no decir que hoy mismo hay que resolverlo.

¿Acudirá esta tarde a la manifestación Iniciativa Gitana?

No creo que vayamos, pero ya se verá. Hay un trasfondo que no es gitano. Estamos trabajando para solucionar el problema, pero no sólo trabajamos para nuestro pueblo, también para que haya una convivencia en la sociedad.

¿Se ha exagerado el problema?

Demasiado. El tema es que se está hablando de Otxarkoaga como un barrio con estigma. Dicen hasta que tenemos la culpa hasta de que se cierren los comercios, pero en todas partes cierran pequeñas tiendas.

¿Existe una posible solución sin tener que llegar al extremo de echarse a la calle en contra de las familias conflictivas?

Si nos ponen pegas para llevar a cabo nuestra propia autocrítica esto seguirá igual. Los payos deben ponerse de nuestra parte para que solucionemos el problema entre todos, y sobre todo tener buenas intenciones, no montar bronca. Con estas actitudes no se puede hacer nada.