En Andalucía existen 275.304 inmigrantes extracomunitarios. La convivencia con estos inmigrantes es una realidad cotidiana de casi todos los pueblos y ciudades andaluzas. ¿Cómo lo aceptamos los oriundos? Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía, el 83%de los andaluces apoya la integración social de los inmigrantes en condiciones de igualdad y además el 70 por ciento considera que su presencia es positiva para la comunidad. Sin embargo, la percepción de que los extranjeros son «demasiados» es mayoritaria en zonas con proporciones notables y altas de miembros de este colectivo empadronados, en un porcentaje del 62 y el 55,3%, respectivamente.

El estudio ha sido realizado mediante 3.020 encuestas en zonas andaluzas con presencia «moderada o alta de inmigrantes», según dijo la consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo en la presentación del mismo.

La encuesta constata que, de los distintos grupos de inmigrantes, el menos valorado tiende a ser el de procedencia musulmana por no aceptar la plena igualdad entre hombres y mujeres. El director del IESA, Manuel Pérez Yruela, dijo en la rueda de prensa que frente al latinoamericano, que cuando llega a España «no siente que haya cambiado de país», con los musulmanes la sociedad andaluza «es bastante clara en su mensaje: convivencia y generosidad, pero que acepten el principio de igualdad constitucional». De ahí que «una parte de la sociedad andaluza perciba la visibilidad pública de la religión musulmana», como la construcción de mezquitas o el uso del velo, «como una amenaza inherente a los valores de la sociedad de acogida».

Actitud hostil

El 20% de la sociedad andaluza se adhiere a lo que el estudio llama «discurso solidario» por el factor de enriquecimiento que suponen los inmigrantes, mientras que otro 32 por ciento asume un «discurso funcionalista» y pone el énfasis en su aportación a la economía.

Otro 32% asume un «discurso desconfiado», en el que exige a los extranjeros un «rápida y completa adaptación a las costumbres» y finalmente un 17 por ciento de los andaluces tiene un «discurso excluyente» y una actitud hostil.

Según el estudio, la aceptación de la inmigración es mayor entre quienes se definen como de izquierdas y «cuanto más jóvenes y con mayor nivel de estudios» como el universitario, y, por otra parte, la integración mejora cuanto más asentados están los inmigrantes en su entorno.