La joven a quien intentaron violar en Hondarribia dice que huyó tras agarrar al agresor de los testículos

La víctima escapó con un cable enroscado alrededor del cuello El acusado niega los hechos y afirma que fue la chica la que le agredió

Diario Vasco, J. PEÑALBA, 27-09-2007

SAN SEBASTIÁN. DV. La joven a quien el pasado año intentaron violar en un cámping de Hondarribia declaró ayer ante el tribunal de la Audiencia de Gipuzkoa que logró zafarse de su agresor tras agarrarle de los testículos. «Me sujetó del cuello, no podía respirar y lo único que tenía libre eran mis manos. Le cogí de los testículos y apreté cuanto pude. Me soltó y, a cuatro patas, logré sacar la cabeza de la tienda de campaña en la que nos encontrábamos. Los turistas que había allí me ayudaron», declaró.

La Audiencia de Gipuzkoa juzgó ayer al presunto autor de estos hechos, un joven de nacionalidad marroquí, a quien la Fiscalía imputa un delito de agresión sexual en grado de tentativa, en concurso con una falta de lesiones, por lo que pide cinco años de prisión así como una medida de alejamiento por seis años y el pago de una indemnización de 4.000 euros.

Los hechos se remontan a agosto de 2006, cuando el procesado acudió al cámping Faro de Higuer acompañado por la chica, con la que había pasado las horas previas. Ambos se introdujeron en una tienda de campaña, donde tras consumir alguna dosis de droga el acusado trató de convencerla para que mantuvieran relaciones sexuales. Ante la negativa de la mujer, el inculpado pretendió forzarla, según mantiene la acusación.

Durante la vista, el inculpado negó las imputaciones. Manifestó que aquel día consumieron cocaína y, según indicó, fue la mujer quien le propuso que ambos abandonaran a sus respectivas parejas. Añadió que él se opuso a sus pretensiones, por lo que la mujer comenzó a golpearle y él se defendió.

La víctima, una joven de nacionalidad francesa, desmintió, sin embargo, la versión del acusado. Admitió que había consumido cocaína y que una vez en el interior de la tienda el procesado le hizo proporciones de índole sexual. «Primero me invitó a tomar una raya y luego empezó a decirme que dejara a mi pareja, que él me podía dar más. Me dio a entender que quería mantener relaciones sexuales conmigo. Yo le dije que cómo me podía hacer semejantes proposiciones cuando sabía que estaba casada. En un momento concreto, decidí marcharme, estaba asqueada de escuchar aquellos comentarios», relató.

La mujer, sin embargo, precisó que cuando pretendió abandonar la tienda de campaña, el acusado la empujó. «Me caí al suelo boca abajo. Él se puso encima y me sujetó con sus brazos por el cuello», indicó. La víctima recordó que pudo zafarse de su agresor tras agarrarle en dos ocasiones de los testículos.

Durante el juicio se dio lectura a las declaraciones de turistas extranjeros que el día de los hechos se encontraban en el cámping. Algunos de ellos vieron cómo la joven salía a gatas de la tienda con un cable de ordenador enroscado en el cuello que el agresor empleó para reducirla.

La defensa del acusado admitió que su cliente agredió físicamente a la mujer pero negó que fuera con ánimo de abusar sexualmente de ella. Por ello, el letrado reclamó que sólo sea condenado por una falta de lesiones.

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