La historia del centro de acogida urgente a menores inmigrantes de Tolosa ha estado marcada por los problemas generados dentro y fuera del edificio. La enésima gota que ha colmado la paciencia de los trabajadores del centro tuvo lugar el pasado día 19 con «un motín en toda regla». Según relata uno de los empleados – pertenecientes a empresas subcontratadas por la Diputación – , todo empezó por la mañana, cuando un menor «pidió el dinero de la paga, se encaró con uno de los vigilantes y el resto de inmigrantes se le echaron encima». En ese momento, en el centro había «24 menores, cuando se trata de una instalación de 15 plazas». Tras el motín, tres vigilantes «resultaron heridos, uno de ellos con un corte de cristal en la mejilla, otro con la ceja rota… Rompieron todo».

Los trabajadores que denuncian la situación advierten de que todas las semanas hay algún «tipo de altercados» y que «a diario» las «agresiones e insultos a los trabajadores son constantes». Este clima ha llevado a muchos a «coger baja laboral» o a dejar el trabajo.

Los empleados denuncian que el de Tolosa, en lugar de ser centro de educación e integración, se ha convertido en una especie de lugar de castigo. «Hay menores que ya no van ni a los talleres ocupacionales. Y a los que se portan bien, sus propios compañeros les roban o les agreden».