LAS AUTORIDADES DEL AEROPUERTO DE NUEVA YORK RETUVIERON DOS HORAS AL PRESIDENTE DEL REAL MADRID AL CONFUNDIRLE CON UN NARCOTRAFICANTE – REALIZABA UN VIAJE PRIVADO DE NEGOCIOS Ramón Calderón Ramos. Esos son el nombre y los apellidos del presidente del Real Madrid. El problema es que para los funcionarios de seguridad del aeropuerto John Fitzgerald Kennedy de Nueva York, y a la vista de lo que ponía en la tarjeta de embarque, el máximo responsable del club blanco atendía por los apellidos de Ramos Calderón, que según fuentes del Ministerio del Interior se trata de un narcotraficante boliviano al que busca la Justicia estadounidense por su relación con el narcotráfico.

La confusión de personalidades, que no es nueva y ya se ha producido en muchas ocasiones desde que los atentados del 11 – S provocaron un incremento en las medidas de seguridad implantadas por el Gobierno norteamericano, le costó casi dos horas de tensa espera a Calderón, quien viajaba acompañado por su esposa, Teresa Galán.

De hecho, esas medidas se incrementaron en los últimos días por la presencia en Nueva York del presidente de Estados Unidos, George Bush, con motivo de la cumbre de Naciones Unidas.

Calderón se quedó de piedra cuando, tras la comprobación de su pasaporte y la posterior consulta en los ordenadores, el funcionario de vigilancia le indicó que debía pasar a otra estancia para ser sometido a un interrogatorio. Debió escuchar algo parecido a: «Señor Ramos, usted por esa sala». Su mujer quedó a la espera de noticias y fue ella la que comenzó a mover los mecanismos necesarios para que las autoridades españolas se pusieran en marcha y forzaran la inmediata puesta en libertad de su atribulado marido.

De todas formas, antes de que la embajada española y el propio Gobierno iniciaran sus gestiones, fueron los propios empleados de Inmigración del aeropuerto los que se dieron cuenta de su error. Tras las correspondientes consultas en los archivos policiales, que incluyeron la toma de huellas digitales del presidente madridista para la cotejación con los del verdadero delincuente, quedó claro que no se trataba del personaje buscado, por lo que fue puesto en libertad de manera automática.

Por si acaso, su mujer se puso en contacto rápidamente con el Real Madrid e incluso con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Este activó los protocolos necesarios para que la confusión fuera rectificada de manera inmediata, pero finalmente, todo quedó resuelto sin necesidad de que los conductos oficiales se pusieran en marcha.

Viajes.

Curiosamente, Calderón es un asiduo a ese aeropuerto en el que ayer sufrió una de las experiencias más amargas de su vida. No sólo porque una de sus hijas vive en esa ciudad. En los últimos meses, sus viajes a Nueva York han sido frecuentes, ya que se ha afanado en promocionar la marca Real Madrid en ese país.

Es muy reciente el acuerdo con la empresa SPC Wordlwide, por el que ésta se comprometía a potenciar la marca Real Madrid y a promocionar una serie de actividades como las escuelas de fútbol en distintas ciudades del país. El acuerdo se firmó por dos años y también incluía la organización de giras del Madrid en Estados Unidos. Además, el club blanco se comprometía a ceder contenidos de su canal de televisión para su reproducción en distintas cadenas norteamericanas. Calderón mantuvo incluso una rueda de prensa en un céntrico parque de la ciudad hace apenas mes y medio para oficializar ese acuerdo.

Sin embargo, en esta ocasión, Calderón preparó el viaje por su cuenta. Se trataba de un desplazamiento privado, por lo que en las oficinas del club blanco causó enorme sorpresa no sólo la retención, sino la mera presencia del presidente en Estados Unidos. Casi toda su plana mayor desconocía dónde se encontraba.

Durante varias horas, la confusión en el club fue absoluta, ya que todas las noticias que llegaban desde Estados Unidos eran contradictorias. Sólo cuando pudo determinarse que todo se debía al celo de las autoridades norteamericanas y a la confusión en los apellidos, pudo lanzarse la versión oficial y la constatación de que el presidente estaba en libertad y podía seguir adelante con sus actividades sin ningún problema. De hecho, recibió todo tipo de disculpas antes de abandonar las instalaciones del aeropuerto.

La intención de Calderón es asistir al partido de mañana contra el Betis en el Santiago Bernabéu. Y en breve volverá a Estados Unidos, ya de nuevo en representación del club para comprobar la evolución de los acuerdos con SPC. Seguro que ese día sí mirará muy atentamente su tarjeta de embarque.