Un informe de Médicos del Mundo desvela que, sin embargo, España es junto con Italia el país que más cobertura da a los ‘irregulares’ En El Dorado español, el 60% de los sin papeles no accede a la asistencia sanitaria pública, el 50% de los inmigrantes irregulares no sabe que puede realizarse la prueba del sida sin coste alguno o que sus hijos tienen derecho a vacunarse.

La ONG Médicos del Mundo ha pasado revista a las distintas legislaciones sanitarias europeas para determinar el grado de acceso de los inmigrantes clandestinos a los servicios de salud y su diagnóstico es preocupante: aunque, según la ley, el 78% de los residentes, ya sean legales o ilegales, tiene derecho a la cobertura sanitaria, en la práctica ese porcentaje se reduce al 28%.

Las diferencias entre los siete países europeos (Bélgica, Francia, Grecia, Italia, Portugal, Reino Unido y España) en los que se centra el informe de la ONG sobre los servicios sanitarios, presentado ayer en Bruselas, son abismales. Así, España e Italia son los países que dan una mejor cobertura sanitaria a los sin papeles frente a Grecia, donde los indocumentados tienen vetado el acceso, salvo en caso de urgencias.

Por este motivo, desde Médicos del Mundo reclaman una directiva europea para que todos los países den un trato uniforme y exista igualdad en el acceso de los residentes extranjeros a la atención sanitaria.

En España, también se produce una importante brecha entre el derecho teórico de los irregulares a la sanidad que ronda en el 78% y el acceso efectivo, que se sitúa en un 40%. Las trabas al empadronamiento son la principal dificultad con la que se encuentran los clandestinos a la hora de acceder a la tarjeta sanitaria. Esta situación se agrava en el caso de los subsaharianos, ya que la mayoría no tiene pasaporte, documento imprescindible para apuntarse al padrón.

Pero, dentro de España, también reina la disparidad. Así, mientras Andalucía ofrece un servicio universal puesto que no exige estar empadronado, en Madrid, es necesario apuntarse al registro municipal e incluso una declaración jurada del inmigrante justificando que carece de ingresos. El miedo a ser repatriado y la falta de información son otras dos barreras que tienen que salvar los sin papeles para ir a las consultas médicas.

El informe también desmonta el tópico del llamado turismo médico, ya que los inmigrantes no vienen a curarse, puesto que para hacer la larga travesía tienen que estar sanos.