REGIÓN MURCIA
Bueno, bonito, barato... y sin garantía
Grupos de personas de dedican a vender vehículos de segunda mano en plena calle a precio de costo pero sin facturas ni avales
La Verdad, , 23-09-2007- Hola.
– Hola, dígame.
– Mire, llamaba porque estoy interesado en un coche que tienen aparcado en la avenida Infante Don Juan Manuel… un Ford Escort.
– Ese coche ya se vendió hace cinco días.
– Ah, vale. ¿Y tienen algún otro?.
– Tenemos una monovolumen, una Galloper Santamo en dos mil quinientos euros del año 2000.
– ¿Y está en buen estado?.
– Pues sí. Tiene 90.000 kilómetros, está muy bien.
– Me gustaría ir a verla.
– Me tiene que llamar en dos o tres días y se la podemos enseñar porque todavía no la tenemos. Hay que recogerla en una casa de coches y la puede ver.
– Bien, de acuerdo. ¿Y tiene alguna garantía?
– No, garantía no, porque si tuviera algo roto…pero esta furgoneta está muy bien.
– ¿Y la van a dejar aparcada allí, en la avenida del Infante Don Juan Manuel?.
– Sí, la aparcaremos dentro de dos o tres días.
– De acuerdo, quedamos en llamarnos, hasta luego.
– Vale, adiós.
Esta es la transcripción textual de una conversación telefónica mantenida por un redactor de La Verdad, que se hizo pasar por una comprador potencial de un vehículo usado, con un vendedor de coches de segunda mano. La conversación es una de las tantas que se dan casi a diario. Y en principio la operación no tiene nada de raro. El matiz está en que el comerciante se dedica a comprar coches y a venderlos en la calle, razón por la que las denuncias desde el sector de venta de vehículos de segunda mano son numerosas.
Las vías de Murcia están salpicadas de decenas de coches de cuyas ventanillas cuelga el cartel de Se vende y un número de móvil. Solares, aparcamientos públicos y privados, gasolineras… son los lugares elegidos por estos vendedores ambulantes que se distribuyen por el casco urbano y las pedanías. Algezares, Torreagüera, barrio del Carmen (junto al edificio de Extranjería), avenida Juan Carlos I, avenida Primero de Mayo, avenida Infante Don Juan Manuel y, sobre todo, Atalayas y el aparcamiento del supermercado Eroski Infante son las zonas donde prolifera la venta de coches usados, aparcados en plena calle y sin licencia; calles usadas como expositores improvisados en los que el precio es inferior al de un concesionario pero que, por contra, no dan garantías.
Uno de los ejemplos más evidentes es la zona de Atalayas, donde hay expuestos una veintena de automóviles, paradójicamente frente a un concesionario de coches. Y en la mayoría de ellos el teléfono se repite.
Uno de los vigilantes del aparcamiento del hipermercado Carrefour cuenta que todos los coches estacionados en la misma calle son de la misma persona, «un joven de etnia gitana que lleva varios años dedicado a vender automóviles en esa calle. Además, esta vía la ha hecho suya. No deja que nadie aparque aquí mucho tiempo y, si lo hace, hay represalias». Uno de los empleados del concesionario cercano se queja de que a partir de las siete de la tarde la zona se convierte en un trasiego de gente que se asoma interesada a las ventanillas de los coches en venta: «Es descarado ver cómo en una hora la misma persona puede enseñar hasta cinco coches diferentes que en muchos casos no tienen seguro, ni permiso de circulación».
Otro de los focos de venta alegal de coches de segunda mano es el aparcamiento del hipermercado Eroski Infante, que ha visto estos días aumentar la mercancía expuesta dada la gran afluencia de gente con motivo de la Feria. Allí resulta llamativo ver el mismo cartel fotocopiado, en una hilera de quince coches bien aparcados y con el mismo número de contacto. Según un empleado de este centro comercial, los vendedores son en este caso marroquíes y los compradores suelen ser compatriotas suyos: «No podemos hacer nada para evitar que ocupen esas plazas porque esta parte del parking es municipal».
El procedimiento para adquirir una de estas gangas es sencilla: el interesado acude a uno de estos lugares, llama a uno de los números de contacto, queda con el vendedor para enseñarle el coche y, una vez convencido, paga el precio estipulado, que generalmente es mucho menor que el que se exige en locales legales. Y se produce la transacción.
Nada que hacer en Murcia
Las propietarias de un videoclub de la avenida Infante don Juan Manuel cuentan que desde que abrieron su negocio, hace ya casi una década, aparcan a menudo varios coches en su puerta con el consabido cartel de Se vende. «Cada dos o tres días vienen por aquí personas a ver los coches. Son sobre todo inmigrantes , al igual que el vendedor, que es marroquí. Llegan, lo abren, lo arrancan y en veinte minutos lo despachan. En cuanto se lo colocan, al día siguiente tienes otro aparcado en el mismo sitio».
Los profesionales de venta de vehículos de segunda mano llevan varios años reclamando una normativa que regule esta situación, que les perjudica. Algo que en la Región sólo se persigue en el municipio de Cartagena, donde se aprobó una ordenanza que intenta perseguir esta alegalidad; una ordenanza de movilidad, que existe también en ciudades como Madrid y Barcelona, y que prohíbe el estacionamiento de vehículos durante más de cuarenta y ocho horas cuando su fin sea la venta o la promoción. O se cumple la ordenanza, o se lo lleva la grúa.
En el resto de municipios de la Región, no hay ordenanzas como ésta. La Policía Local de Murcia, por ejemplo, únicamente puede retirar un coche de la calle cuando se compruebe que el vehículo lleva mucho tiempo aparcado en el mismo lugar. En este caso, la denuncia se realiza por abandono y el coche es trasladado al depósito. Los agentes no tienen cauces legales para perseguir este negocio que se mueve en un vacío legal.
(Puede haber caducado)