Candidato a subirse a la patera
La Vanguardia, , 21-09-2007No está preocupado por lo que pueda ocurrirle cuando vuelva a subirse a una patera. “La primera vez fue en el 2004. Logramos alcanzar las costas canarias, pero nos detuvieron. Estuve 35 días en la cárcel y luego me expulsaron por Melilla”, recuerda Hasan. Una experiencia dura y desagradable que fue superada esa noche cuando vio a su primo Husein Bujair por última vez. “Salíamos la misma noche y desde la misma playa, en Bujador [ Sahara Occidental]. Siguiendo las instrucciones de los organizadores, él subió a una patera y yo a otra. A las dos horas de viaje nosotros tuvimos que regresar porque teníamos una avería y ellos continuaron”. Y ya no volvió a verlo. “A pesar de la muerte de mi primo y de los intentos fallidos, quiero volver a intentarlo”.
El miedo no forma parte del vocabulario de este joven cuya decisión es irrevocable: “No tengo miedo del mar porque si me llega la muerte no pasa nada. Lo importante es llegar allí”.
Hasan cuenta algunos detalles sobre el procedimiento que debe seguir cualquier futuro inmigrante clandestino. “Hay que viajar a El Aaiún y ponerse en contacto con el organizador. Negociar el precio (entre 550 y 600 euros) y darle tu número de móvil para que te localice en cuanto se haya decidido el lugar de salida”. Hay una media de seis salidas al mes, siempre por la noche, y con un conductor marroquí que los deja en la costa. En El Aaiún hay que esperar 15 días para que todo esté preparado.
Para Hasan, mientras no exista la posibilidad de que todo el mundo acceda a los visados, los inmigrantes clandestinos seguirán movilizándose para salir del país, y las mafias buscarán nuevas rutas que sustenten su negocio.
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