Los cadáveres de los dos inmigrantes subsaharianos que fueron recuperados por Salvamento, el pasado 20 de julio, en el mismo lugar en el que el día anterior se había producido el naufragio de un cayuco, con el resultado de 88 desaparecidos y 48 supervivientes, han sido enterrados en el cementerio de Granadilla sin haber sido identificados, pese a que sus compañeros de travesía, entre los que pudieran figurar alguno de sus familiares, estuvieron casi 40 días retenidos en Hoya Fría sin haber sido reclamados para reconocerlos.

Esto hubiera resultado lo más fácil para dictaminar quiénes eran esas personas, máxime teniendo en cuenta que entre los supervivientes se encontraba alguno que manifestó que en ese naufragio había perdido a cinco de sus hermanos. A éste se suman otros africanos de los 48 que lograron sobrevivir, quienes también testificaron que habían perdido a amigos y familiares. Quince de los 48 que salieron con vida han puesto una querella criminal contra Salvamento, alegando que habían sido testigos de irregularidades en el intento de rescate.

Estos cuerpos han permanecido dos meses en el Instituto Anatómico Forense de la provincia tinerfeña, donde se les practicó la autopsia que dictaminó la causa de la muerte por ahogamiento.

Como los dos cadáveres llegaron al aeropuerto del Sur en el helicóptero de Salvamento, ha sido la Policía Judicial de la Guardia Civil de Granadilla quien se ha encargado hasta ahora de la investigación. Ha sido la Guardia Civil la encargada de realizar la inspección ocular del fallecido, además de tomar la reseña dactilar y sacar su ADN, con el fin de entregarlo a la familia que lo reclame y que acredite la consanguinidad.

La alcaldesa de Granadilla prohibió ayer a EL DÍA sacar fotografías de las tumbas de los inmigrantes, algo que no ha ocurrido en ninguno de los municipios de Canarias donde se han llevado a cabo entierros similares, de los que sí queda constancia en imágenes en varias de las islas del Archipiélago.

Repatriación a Marruecos

La actuación con estos cadáveres contrasta con la llevada a cabo con los inmigrantes que fallecieron junto a la costa de Agüimes (Gran Canaria), el pasado día 7.

Cabe destacar que el consulado de Marruecos en Canarias ultimaba ayer los preparativos para repatriar a su país de origen los cadáveres de los inmigrantes que se ahogaron al saltar de su patera, creyendo estar en la orilla.

Según explicó el vicecónsul marroquí Mustafá Hor, el traslado tendrá lugar en los próximos días, tras completarse la identificación de los cadáveres de las víctimas, nueve de ellas naturales de Marruecos y una de Túnez.

Las autoridades consulares en Canarias dijeron que los nueve compatriotas fallecidos, que procedían todos ellos de la región de Goulimine, a unos 80 kilómetros de Sidi Ifni, serán entregados a sus familiares y enterrados en diversas localidades, ya que ninguno de ellos eran parientes. En cambio, algunos de supervivientes de la tragedia si eran familiares de los que fallecieron ahogados.

La repatriación será costeada por la Fundación Hassan II, de ayuda a los marroquíes que viven en el exterior de Marruecos. Este accidente se produjo en aguas canarias, mientras que el otro transcurrió en aguas internacionales.