MUNDO
Los líderes negros reviven las protestas de los años sesenta en Lousiana
Unas 20.000 personas de color invaden un pueblo de 3.000 habitantes, el 85% blancos, al que acusan de comportamiento racista
La Verdad, , 21-09-2007Las tiendas cerradas, las contraventanas bajadas, los habitantes escondidos en sus casas. Eso era Jena ayer, un pueblo de unos 3.000 habitantes en Louisiana sobre el que descendieron de golpe unos 20.000 manifestantes de color, en una demostración de fuerza destinada a intimidar a esta localidad 85% anglosajona para que abandone comportamientos que tachan de segregacionistas. Quienes se bajaron de los 500 autobuses que se dieron cita en Jena llegaron convencidos de que estaban viviendo un capítulo clave de la historia de los derechos civiles de EE. UU., que triunfase en los años sesenta.
Ciertamente desde entonces no se había visto nada similar en esa zona. Las imágenes revivían los fantasmas de una revolución durante la que ni siquiera habían nacido los protagonistas de esta segunda parte. «Los 6 de Jena», como se les conoce en desproporcionada comparación a «los 9 de Little Rock», que fuesen los primeros niños de color en dar clase en el instituto Central High de ese pueblo de Arkansas, escoltados por el Ejército, también son estudiantes. Las manifestaciones estaban programadas para coincidir con la sentencia de uno de ellos, Mychal Bell, un negro de 17 años que fue a la cárcel por propinar una brutal paliza a un compañero blanco de la escuela, junto con otros cinco compinches. Estos 5, de 18 años, siguen pendientes de juicio, pero Bell ha sido puesto en libertad por ser entonces menor de edad.
Aún así los líderes de color decidieron seguir adelante para dar una lección al pueblo y al país. Las tensiones raciales empezaron en agosto del 2006, cuando un grupo de estudiantes de color decidió sentarse bajo un árbol del patio que tradicionalmente ocupaba un grupo de chicos blancos. Al día siguiente tres narices de plástico aparecieron colgadas del árbol, en lo que los negros interpretaron como un clara amenaza que revivía los linchamientos del Ku Klus Klan. Los autores recibieron una sanción disciplinaria del instituto, sin que hubiera acción penal alguna.
A partir de ahí se sucedieron los incidentes: incendios, amenazas, protestas y, al final, la paliza que los seis de Jena dieran a Justin Barker, en presunta represalia por la que recibiera un chico negro a manos de otros blancos.
Esta vez cayó sobre ellos todo el peso de la justicia. Los cargos pueden arrastrar hasta 22 años de prisión. Un trato desproporcionado contra el que protestaron ayer negros de todo el país.
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