CULTURA
José Ovejero hurga en los secretos de las familias corrientes
El novelista publica 'Nunca pasa nada', una obra marcada por la inmigración
El Correo, 21-09-2007Un adolescente superdotado e inadaptado, que puede contemplar una escena de violencia sin decir ni mu. Una joven inmigrante que le debe dinero a una mafia y cuya madre se muere de cáncer al otro lado del océano. Un profesor de yoga y sexo tántrico al que le gusta que le hagan daño. Una niña pequeña, caprichosa, a la que le dejan hacer lo que le da la gana. Y un matrimonio normal. ¿Normal? ¿Y eso qué es? Es la pregunta que se hace José Ovejero y su última novela, ‘Nunca pasa nada’ (Alfaguara), proporciona una especie de respuesta.
«Quería hablar sobre eso, sobre la apariencia de que no pasa nada, y no es verdad. Cada día hay algo, pero su importancia no se ve hasta que no pasa el tiempo», sostiene el autor (Madrid, 1958). «La realidad que vivimos hacia fuera es más bien falsa», explica. Es lo que ocurre con los personajes de Nico y Carmela, un matrimonio en apariencia corriente en el que hay un acuerdo: ella puede ser infiel. «Esas reglas, que parecen tan abiertas, no impiden que ambos tengan sus secretos».
Cambio social
La «estructura estable», el «equilibrio» recibe una sacudida con la llegada de la inmigrante Olivia. «Es el personaje más frágil y vulnerable», describe Ovejero. Y es reflejo de una realidad que empieza a hacerse un hueco en la novela española. «La inmigración masiva es muy reciente aquí. De pronto es tan evidente que prácticamente no puedes escribir sin que haya un extranjero de por medio. Están cambiando nuestra sociedad, es el fenómeno que más altera lo que conocemos».
Los problemas acuciantes de Olivia quedan enfrentados a los más llevaderos del matrimonio que la contrata. Y la novela refleja ese «paternalismo atroz» con el que se trata a menudo a quien viene de fuera. «Parece que actuamos con buenas intenciones y con buena conciencia, pero establecemos relaciones que nos favorecen a nosotros».
El objetivo era «escribir una novela, no hacer una crítica de la sociedad. Pero acabas hablando de lo que te rodea y eso tiene implicaciones.», reconoce el autor. Por eso aparecen en las páginas de ‘Nunca pasa nada’ temas tan actuales como la violencia escolar, el juguete de las nuevas tecnologías y la impasibilidad ante los problemas de los demás.
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