El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció ayer en el pleno del Congreso que el número de inmigrantes sin papeles llegados a las costas españolas (en aguas de Canarias y del Estrecho) ha descendido en un 66%, pasando de los de los 33.000 registrados en 2006, a los 11.000 en lo que va de año.

A instancias del diputado del PNV Emilio Olabarría, Rubalcaba, valoró que el pasado fin de semana se produjo «una llegada inusual de pateras, no tanto por la magnitud en términos cuantitativos» sino porque estas embarcaciones arribaron en las costas de Alicante, Murcia o Baleares.

Según dijo, esta circunstancia se debe a que las mafias que trafican con seres humanos eligen rutas nuevas, si bien subrayó que «la inmensa mayoría de los que que llegaron este fin de semana volverán al país de origen del que salieron».

A su modo de ver, el número de inmigrantes detectados supone un «resultado razonable» de las políticas impulsadas por el Gobierno frente a la inmigración ilegal. «El mecanismo es complejo, pero está dando sus frutos», apuntó.

Además, advirtió de que en la actualidad España repatría «muchos más», a países como Marruecos, Senegal, Argelia, Mali, Guinea Bissau, Guinea Conakry o Mauritania.