Resignados ante la hipoteca
Diario de Noticias, 20-09-2007a COSTUMBRADOS a las dificultades a la hora de acceder a una vivienda, los jóvenes navarros consultados ayer por DIARIO DE NOTICIAS se mostraban indiferentes ante la iniciativa del Gobierno central de otorgar ayudas para el alquiler, que no se aplicarán en Navarra. “La situación está muy difícil”, era la frase más repetida. Al margen de titulares y análisis coyunturales, quienes más sufren el problema de salir de casa de sus padres y encontrar un techo asequible no vislumbran soluciones a corto plazo. Y la idea de pagar un alquiler similar a lo que supondría atarse a una hipoteca durante 30 años les sigue llevando a decantarse por hacerse con un piso en propiedad, por lo que el alquiler sólo se tiene en cuenta como una opción temporal.
“Mi hermano tiene 30 años y todavía no ha encontrado casa, así que no quiero pensar que futuro me espera a mi”, señaló Amaia, una joven de 19 años que veía con buenos ojos “cualquier tipo de ayuda”, aunque hacía hincapié en los problemas que subyacen a la falta de vivienda. “Si no hay trabajos fijos, ¿cómo puedes irte de casa?”, apuntó. La cuestión de la precariedad de los trabajos con los que se encuentran los jóvenes está fuertemente ligada a las dificultades con la vivienda.
Los 200 euros propuestos por el Gobierno de Zapatero no habían causado gran impacto entre los jóvenes encuestados. Aunque la gran mayoría había escuchado la noticia, ninguno mostraba grandes esperanzas, ni un excesivo malestar al escuchar que las ayudas no se aplicarán en Navarra. “Leyendo el periódico esta mañana me he enterado de cuántas ayudas recibo para el piso”, ironizaba Ismael, de 25 años, comentando la noticia junto a un compañero de trabajo en el Casco Viejo. Vive alquilado, pero tiene que compartir el piso para hacer frente a todos los gastos.
compra o alquiler
El problema de pagar casi lo mismo pero con la ventaja de adquirir en propiedad
Cuando la franja de edad es más amplia, la opción de la hipoteca no tiene rival. Ni tampoco otras salidas. Mikel y Marta explican su decisión mientras pasean con su hijo. “Nosotros compramos el piso hace cuatro años”, señalan. “Entonces, pagar el alquiler o empezar con una hipoteca suponía una diferencia de unos 50 euros”. A pesar de la oferta de VPO, no todos tienen la suerte de alcanzar los requisitos y obtener una vivienda protegida, por lo que el préstamo se convierte en algo ineludible. “Como está la situación, sólo queda hipotecarte hasta arriba”, lamenta Mikel.
Aunque la cuestión del precio no es la única que incide a la hora de decantarse por la compra. “La filosofía que se lleva aquí es la de la propiedad, la de tener el piso en propiedad, en otros lugares existe más alquiler”, confirmaron ambos. A pocos metros de ellos, una joven, que no quiso dar su nombre, confirmaba esta idea.
“El alquiler puede utilizarse al principio, pero luego siempre buscas la estabilidad, y esto te suele llevar a comprar una casa”. Lo que equivale a una hipoteca que marque el día a día económico durante décadas.
Lo cierto es que, actualmente, quien opta por esta última opción para independizarse por primera vez suele verse obligado a compartir piso. Unos precios que oscilan entre los 600 y los 1.200 euros resultan prohibitivos para lanzarse en solitario, aún más para la generación de los mileuristas .
La llegada de la inmigración es también otra cara de la problemática del acceso da la vivienda. “Si ustedes tienen problemas para lograr un piso, nosotros…”, apuntó Fabio. Éste joven ecuatoriano convive con varios compatriotas para poder pagar las facturas. “Está todo muy caro”, señaló, “pero hay que vivir”. También él observa con buenos ojos las ayudas. Aunque con otro origen, padece el mismo problema, incluso agravado. Y sin vistas de solución, con o sin los famosos 210 euros.
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