comunidad valenciana
El rumano que se quemó a lo bonzo en Castellón fallece tras 15 días de lucha contra la muerte
La mujer y los hijos se fueron a Rumanía a principios de esta semana sin dejar una dirección de contacto
Las Provincias, , 20-09-2007La mujer y los hijos se fueron a Rumanía a principios de esta semana sin dejar una dirección de contacto Marian Mirita, de 44 años de edad, falleció al mediodía de ayer en el Hospital La Fe de Valencia. El ciudadano rumano se quemó a lo bonzo ante la Subdelegación del Gobierno de Castellón el pasado 4 de septiembre en protesta por la situación en la que se encontraba su familia, tras asegurar que habían sufrido un engaño.
Han sido quince días de dramática lucha contra la muerte que Mirita no ha podido superar. Fuentes de la Conselleria de Sanidad explicaron que el ciudadano rumano ingresó con quemaduras de segundo y tercer grado en el 70% del cuerpo, una situación que calificaron de grave ya en el primer momento.
Desde el día del incidente Mirita permaneció en la Unidad de Grandes Quemados de la Fe, pero su estado fue empeorando hasta convertirse en crítico el 11 de septiembre, cuando empezó a necesitar respiración asistida.
Las mismas fuentes indicaron que siempre se temió que las quemaduras hubieran afectado a los órganos internos, posibilidad que se materializó sólo unos días más tarde.
Fuentes del centro sanitario se limitaron a señalar que Marian Mirita falleció al mediodía de ayer como consecuencia de las heridas sufridas, pero habrá que esperar a la autopsia para conocer las causas exactas.
El cadáver fue trasladado durante la tarde de ayer al Instituto Anatómico Forense de la Ciudad de la Justicia de Valencia, según indicaron fuentes de la Conselleria de Justicia.
El cuerpo sin vida de Mirita permanecerá, de esta forma, almacenado en el Instituto hasta que se decida si se va a repatriar a Rumanía o se entierra en España.
Fuentes de Justicia indicaron que está previsto que la autopsia, que se practica a cualquier persona fallecida por causas violentas, se realice durante la jornada de hoy.
La familia
La esposa y los dos hijos del paciente regresaron a principios de esta semana a su país, según informaron fuentes de la Conselleria de Bienestar Social. La mujer era consciente de la gravedad de su marido y de que podría fallecer durante su ausencia.
Aún así manifestó su intención de regresar a su país alegando que deseaba que sus hijos estuviesen allí, según recalcaron las mismas fuentes. Antes de salir especificó que le gustaría trasladar el cadáver de su marido a su país para darle allí sepultura.
Hasta que partieron hacia Rumanía la familia residió, por iniciativa de los Servicios Territoriales de la Conselleria de Bienestar Social, en el centro de acogida Nuevo Futuro para estar más cerca del herido.
Ilocalizables
Pero el destino definitivo del cadáver de Marian Mirita puede demorarse aún varios meses. Así lo expresó ayer a LAS PROVINCIAS Angela Plancsintar, representante de la Asociación de Inmigrantes de Países del Este (AIPE) de Castellón, organismo que se está encargando de localizar a la familia a petición de la Conselleria de Inmigración.
Plancsinter señaló que a última hora de la tarde de ayer todavía no habían localizado a la familia. Cuando se fueron a Rumanía no dejaron ninguna dirección de contacto y no hay forma de encontrarlos, recalcó.
La representante de AIPE indicó que se han puesto en contacto con el Ministerio del Interior rumano para que empiece la búsqueda de la familia. Sin embargo, el proceso puede dilatarse en el tiempo, según precisó Plancsinter. Para poder hacer algo con el cadáver se necesita una autorización de un familiar directo y hasta el momento no hemos encontrado ninguno, explicó.
Para la representante de esta asociación el proceso se puede demorar varios meses. Por casos similares va a ser muy difícil que se encuentre una solución a corto plazo, declaró, ya que es necesario encontrar a un familiar que autorice qué hacer con el cadáver.
Fuentes del Ministerio de Exteriores explicaron que no tienen ninguna competencia en este caso, ya que se trata de una cuestión que tiene que solucionar la embajada y la familia. Desde la Delegación del Gobierno puntualizaron que su actuación se limitará a, una vez autorizado el traslado del cadáver, enviar una unidad de la Policía Mortuoria Sanitaria para certificar que se cumplen todos los requisitos legales.
Este periódico trató ayer de comunicarse con la Embajada de Rumanía en España y el Consultado en Barcelona para conocer en qué estado estaban los trámites sin lograr una respuesta.
jsanchis@lasprovincias.es
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