El conductor que provocó la noche del domingo un accidente con tres muertos circuló en sentido contrario por la M-50 al menos seis kilómetros, aunque las primeras investigaciones apuntan a que no hubo intencionalidad en el «kamikaze», sino que se despistó o se encontraba bajo los efectos del alcohol o de alguna sustancia estupefaciente.
Así lo cree el equipo de atestados de la Guardia Civil de Tráfico que se ha hecho cargo de la investigación de este brutal accidente, que se saldó con la muerte de los tres jóvenes, marroquíes de 20 a 22 años, que viajaban en el coche que impactó contra el conductor que iba en dirección contraria.
Si el «kamikaze» iba o no bebido o drogado lo tendrá que determinar un análisis de sangre que ordene el juez que lleva el caso y que se le practicará en el hospital de Getafe, donde está ingresado con heridas graves, según la Guardia Civil.
El suceso tuvo lugar a última hora del domingo, cuando el Hyundai Coupé que iba en sentido contrario impactó frontalmente contra el Seat Córdoba en el que viajaban las tres víctimas, en el kilómetro 38 de la M-50, a la altura de Getafe.
El Seat quedó destrozado y sus ocupantes atrapados, por lo que tuvieron que ser sacados, ya muertos, por los bomberos. El culpable del accidente, J. G. P., de 26 años y nacionalidad ecuatoriana, también quedó atrapado y tuvo que ser rescatado por los bomberos. Fue atendido de un traumatismo craneoencefálico y torácico, así como rotura del fémur, y permanece en estado grave.