LA VENTANA PEDRO CHARRO AYESTARÁN
Bonzo
Diario de Navarra, , 17-09-2007LA prensa echa humo ante la inmolación de Imaz, ese buen chico, pero ha olvidado ya al bonzo rumano que se prendió fuego en Castellón porque no tenía dinero para volver con su familia a su país. Hasta el momento de arder, este hombre era lo que se ha dado en llamar un perdedor radical, un gitano que malvivía en Targoviste, ciudad de la que proceden la mayoría de los 50.000 rumanos de Castellón, a donde llegó con un préstamo de 400 euros al 50%, y donde llevaba tres meses buscando trabajo en vano, vendiendo chatarra y durmiendo en un parque con su mujer y sus dos hijos. «Desde que llegamos a Castellón, hemos tenido una vida de perros», declaró Izabella, la mujer del Bonzo, que parece saber de lo que habla. Tanto, que después de un tiempo decidieron pedir dinero para volver a casa, pese a la humillación de hacerlo tan pronto y con las manos vacías. Por lo visto, no había partida para los no empadronados y no logró nada. La miseria, ya se sabe, conlleva mucha burocracia. Ellos, por lo demás, no ayudaban mucho. Fuentes oficiales definieron a la familia como conflictiva y temperamental. Era imposible ayudarles, son miles en esa situación, alegó Ana Popovic, de la asociación de inmigrantes rumanos, lo que no deja de causar inquietud. El día que, harto de todo, este rumano se roció con gasolina y se prendió fuego, vestido con una camiseta del Valencia una cámara de una emisora local grabó las imágenes del hombre-tea que pudimos ver en el telediario. Una amarga suerte, porque esos preciados segundos de gloria le han deparado ayudas, billetes y ánimos. Mientras agoniza en un hospital de Valencia, hay un niño sentado en un banco que agarra unos billetes de 50 euros. «Si se los quito llora, dice la madre». Un perdedor radical es un hombre desesperado que consiente en ponerse una cinturón explosivo y siembra la muerte, porque ve en los demás la causa de sus desgracias. El bonzo de Castellón tuvo la dignidad de no arremeter contra nadie, aunque nadie le hubiera dado ni siquiera unas migajas para volver a casa como un derrotado.p.charro@diariodenavarra.es
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