«Ahora me ponen menos trabas burocráticas al entrar y salir de Ecuador»

Madre soltera de 36 años, esta donostiarra tiene DNI español desde marzo. Lo estrenó en un viaje a Ecuador

Diario Vasco, JUANMA VELASCO, 17-09-2007

Lleva seis años en San Sebastián. Trabajaba de maestra en Ecuador pero su «espíritu aventurero» le hizo probar suerte en Gipuzkoa. No se arrepiente, aunque confiesa «que ha derramado lágrimas». A sus 36 años, esta madre soltera de una niña de dos años consiguió la nacionalidad española en septiembre del año pasado. Los cambios para Isabel Fernández Cuzco «han sido todos para bien».



– ¿Qué razones le llevaron a nacionalizarse?

– Es más beneficioso para mí. Antes tenía que estar constantemente renovando la tarjeta de residencia y para ello se necesitan contratos de trabajo y hay veces que es complicado.

– ¿Es tan duro el papeleo como lo pintan?

– Sí. Fue muy complicado tanto el proceso burocrático como el tiempo. Desde que presenté los papeles por primera vez y me contestaron pasaron casi dos años.

– ¿Qué requisitos tuvo que cumplir?

– No recuerdo todo… Por ejemplo mi partida de nacimiento original homologada en Ecuador, tarjeta de residencia en regla donde constase como mínimo dos años de legal en España, un certificado de la Policía española que dijese que no tenía ningún antecedente penal y otro similar de la Policía de mi país, otro documento del consulado ecuatoriano en Bilbao…Cuando me contestaron que mi petición entraba en proceso, me pidieron otro tipo de papeles de Hacienda, de la Seguridad Social, contratos de trabajos… Le puedo decir que he derramado lágrimas. Cuando comencé el proceso de nacionalización estaba embarazada y fue duro. Cuando se está sola es todavía más difícil.

– Lleva casi un año con la nacionalidad española, ¿ha notado algún cambio?

– Todo para bien. Tener la nacionalidad española es como un pasaporte a la libertad. Ahora puedo entrar en países que antes no podía siendo ciudadana ecuatoriana. Por ejemplo, puedo ir a Estados Unidos cosa que antes era imposible con pasaporte ecuatoriano. Ir a Inglaterra, a Francia…

– ¿Y para el día a día de su vida en San Sebastián?

– Aquí me ha ido bastante bien. Con nacionalidad o sin nacionalidad, la gente me ha tratado maravillosamente bien. He podido alquilar un piso con unas amigas sin necesidad de tener nacionalidad, tengo un trabajo… Es bueno tener la ciudadanía, pero más adelante podré ver realmente los beneficios reales.

– Tiene el DNI y el pasaporte desde marzo, ¿dónde lo estrenó?

– Precisamente fue para viajar. Al poco tiempo de conseguirlo, en abril, viajé a mi país con el pasaporte español. La verdad es que es completamente distinto. En los aeropuertos hay una cola para los europeos y otra para los ecuatorianos. El trato y la rapidez con que te atienden es completamente distinto.

– ¿Para usted es más fácil viajar a su país siendo ciudadana española?

– En cierta manera sí. Si hubiese viajado con mi pasaporte ecuatoriano, habría tenido que pasar más trámites burocráticos como, por ejemplo, volver a sacar un permiso de salida para abandonar el país. Con el pasaporte español no he tenido que hacer nada.

– Tiene la nacionalidad española, pero usted se siente…

– Mi corazón sigue estando en Ecuador, pero a mí me encanta la gente de aquí, la cultura, la comida, leo autores españoles… Soy primero ecuatoriana y luego española. Ahora tengo la doble nacionalidad.

– Llegó aquí hace seis años, ¿por qué dejó su país?

– Un poco por mi espíritu aventurero. Se tiene la imagen de que los que venimos de allí estamos económicamente muy mal y sí, aquí estoy mejor, pero allí trabajaba de maestra en un colegio y también estaba bien.Vine porque quería conocer esto y empaparme de otras cosas. Cuando decidí venir, pensaba que las cosas iban a ser más fáciles. He pasado muchas cosas, buenas y malas, pero no me arrepiento de haber venido. El balance es positivo.

– Vive sola y con una hija…

– Soy madre soltera de una niña de dos años y comparto piso con dos chicas colombianas. Es muy complicado, aunque aquí se abren puertas a las madres solteras, como las ayudas que da el Gobierno Vasco. Mi hija ha empezado este año la ikastola.

– ¿Se ha sentido alguna vez discriminada por el hecho de ser alguien que llega de otro país?

– No. A veces es cuestión de suerte, porque me he encontrado con compañeros de trabajo que se han portado como si fueran de mi familia.

jmvelasco@diariovasco.com



Permisos para los no expulsados



El Defensor del Pueblo ha admitido una queja de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Andalucía y ha pedido al Gobierno que conceda permisos de trabajo a los inmigrantes que no puedan ser expulsados de España, con objeto de buscar «soluciones que les saquen de la marginalidad».

La CEAR de Andalucía, en nombre de 173 subsaharianos atendidos por la comisión en esta comunidad, presentó una queja al Defensor del Pueblo por la situación en la que se encuentran los inmigrantes indocumentados cuya expulsión de España no se puede materializar, que ascienden a unos 17.000 en todo el territorio. En su resolución, la Oficina del Defensor del Pueblo reitera su propuesta de que, mientras no se pueda llevar a cabo la expulsión, los inmigrantes tengan un permiso de trabajo con objeto de «arbitrar soluciones que saquen de la marginalidad a esas personas». La Oficina ya había pedido al Gobierno que buscara «alternativas para la incorporación de este colectivo al mercado laboral, con el fin de que durante el tiempo que la expulsión fuera inejecutable pudieran mantenerse en condiciones razonables de dignidad».

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