Badalona crea un servicio de agentes contra el incivismo

El Mundo, JORDI RIBALAYGUE, 17-09-2007

El objetivo de este plan piloto es mejorar la convivencia en las calles Cuatro mujeres uniformadas con jerseys y mochilas verde pistacho patean desde hace una semana las calles de los arrabales más marginados de Badalona para regenerar la concordia y erradicar el vandalismo. Sin porras ni esposas, sus armas son la mediación y la palabra. El Ayuntamiento de la ciudad estrena estos días el plan piloto de un servicio impulsado junto al Consorcio Badalona Sud – participado por la Generalitat para ejecutar el programa de rehabilitación del distrito sexto – para acercar las ordenanzas municipales a barrios donde ha arraigado el recelo entre vecinos e inmigrantes.


El proyecto es complementario a la ley de civismo que se aprobará en los próximos meses y en diciembre se acordará, en función de los resultados, si conviene mantener el plan y extenderlo a otras zonas. «No se trata de un cuerpo represor, sino preventivo y educador», explica Núria Rocamon, que coordina el nuevo servicio implantado en los barrios de Sant Roc, Artigues, El Remei y el Congrés.


Según comenta Rocamon, «las agentes no deben entrar en ningún tipo de conflicto que sea competencia de la policía; sus funciones son informar y resolver las dudas de qué puede hacer la Administración para resolver los problemas». El Ayuntamiento ha concedido a la empresa Icona serveis culturals la gestión del proyecto, que ya existe en Sant Cugat del Vallès. De todas maneras, Rocamon admite las diferencias entre los dos municipios: «La idea es la misma, aunque no es lo mismo pasear por Sant Cugat que por Sant Roc, porque presenta unas peculiaridades muy específicas».


De la misma opinión es Andrea Cutrera, una de las cuatro agentes que desde el sábado reparte folletos y se presenta a los vecinos.«Esta es una de las zonas más bonitas de Badalona, con avenidas amplias, grandes plazas, bien comunicada», explica, «y si se acabara con los inconvenientes que arrastra se revalorizaría».Las empleadas tienen experiencia en proyectos de integración social y se reparten en parejas que recorren en el distrito toda la semana de 16.00 a 22.00 horas, cuando la policía ha detectado más aglomeraciones en la calle. En todo caso, se estudia la posibilidad de que las agentes flexibilicen su horario para estar presentes durante más horas y se piensa incidir en los conflictos que acucian a Sant Roc, un barrio afectado por la delincuencia durante décadas y en el que los incidentes con la población extranjera – sobre todo, rumanos de etnia gitana y paquistaníes – han degenerado en desconfianza.


Con los primeros contactos, Cutrera asegura que los vecinos insisten en reclamar más limpieza y menos ruido por la noche, acabar con el absentismo escolar y combatir el gamberrismo. Las agentes también acuden a presentarse a los inmigrantes que encuentran en los bancos y plazas de los barrios y que levantan buena parte de las quejas. «Hay muchos que se escudan en desmentir las críticas», afirma Cutrera, «y es verdad que hay quien ha asumido las normas, pero otros tienen que saber que no pueden salir a tocar la guitarra por la noche o a encender hogueras».

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