presidente de la federación valenciana de empresarios de la construcción

Juan Eloy Durá: ‘‘La industria no puede crear los puestos de trabajo que da la construcción’’

El presidente de los constructores valencianos reclama a la Administración más inversión en infraestructuras y suelo para vivienda de promoción oficial que supla la caída en edificación libre

Las Provincias, E. PÉREZ, 16-09-2007

El presidente de los constructores valencianos reclama a la Administración más inversión en infraestructuras y suelo para vivienda de promoción oficial que supla la caída en edificación libre Es la cara visible del sector de la construcción en Valencia. La Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec) engloba a más de 15.000 empresas, en su mayoría de mediano tamaño. Ahora el sector afronta un parón de actividad tras 10 años de boom urbanístico y urge medidas para evitar que, con él , se resienta el crecimiento económico y el empleo.

–¿En qué situación está el sector? ¿Hay una desaceleración, un desajuste o existe crisis?

–Hay una desaceleración del ritmo de crecimiento. El sector está pasando de momentos en que se estaban haciendo, en España, casi 600.000 viviendas y unas 100.000 en la Comunitat y eso el mercado no lo puede absorber si no es por vía de gente que venía a invertir de otros países en segunda residencia o incluso primera, y ahí ha influido algo el problema contra el urbanismo. Hay más un paro que una desaceleración. En primera residencia, la demanda es de unas 40.000 a 45.000 viviendas anuales y se estaban haciendo 80.000 – 90.000, hay un excedente que se absorberá en 2 ó 3 años, ya tenemos experiencia de otros tiempos en ello.

–El parón comenzó por la segunda residencia, ¿afecta ya a primera vivienda?

–Yo creo que no, pero se estaba acostumbrado a poner un cartel y vender el 30%, y ahora no se cierran operaciones. No obstante, los que están haciendo obra de primera residencia, antes de tenerla acabada, prácticamente tendrán vendido el 100%, lo que pasa es que antes te las quitaban de las manos, lo que tampoco era normal; la demanda estaba así, la gente quería meter en nuestro sector el dinero que le sobraba y ahora sacarán al mercado las casas.

–¿Y en qué se está notando?

–Se va a producir una menor presentación de proyectos al Colegio de Arquitectos, menos demanda de licencias, algunos municipios se acordarán de que no tienen suficientes ingresos para pagar gastos…, pero todo eso es un reajuste que es necesario, hemos tenido 10 años demasiado buenos, sinceramente.

–La CEOE advirtió esta semana de que estamos ante un cambio de ciclo, ¿es exagerado?

–No cabe duda de que es un cambio de ciclo, se pasa de tener una demanda fortísima a la de las necesidades del mercado de quienes habitan en nuestro territorio. Las Administraciones tienen que actuar en el desarrollo de suelo para vivienda de protección oficial; no es una solución que vaya a cubrir las que se hacían antes, pero sí suplirán parte. Lo más importantes es procurar que no soltemos lastre al paro. En este momento una de las prioridades básicas que debe tener la Administración, y nosotros también, es procurar que no se produzca una salida de trabajadores de la construcción al paro, hay que suplirlo con infraestructuras, no sólo carreteras, sino también ferrocarriles, aeropuertos, puertos e infraestructuras para suministros, de agua, si no nos dan la del Ebro la de otro sitio, o suministros energéticos, sea gas o electricidad, dado el incremento que se está dando en la industria. Otro tema que hay que procurar es hacer inversión en I+D+i.

–En los últimos meses ha habido un aumento del paro en el sector, más significativo en agosto…

–Hemos hablado de 5.000 empleos menos, pero el año pasado fueron 4.000. En agosto tenemos mucha gente que está contratada temporalmente y se le da de baja en la empresa, eso se produce mucho en vivienda, que suele pararse en verano. Lo que no quiere decir que este mes de septiembre no pueda haber una bajada del número de trabajadores. En este momento, obra nueva de vivienda en costa se está acabando lo que hay y este año se han empezado pocas. Lo que hay que procurar es tener trabajo preparado o que la industria lo absorba.

–¿Pero hoy por hoy la construcción tiene sustituto como motor económico?

–Lo que no puede ser es que la industria cree los puestos de trabajo que creamos nosotros. Por cada puesto que nosotros creemos, la industria puede crear un 10% ó 15%, y nuestra mano de obra es menos especializada que la de ellos. Hemos absorbido los excedentes de la agricultura y ahora hemos traído parte de la inmigración, pero era necesario y la inmigración ha sido positiva para este país.

–¿La pérdida de empleo empezará por los extranjeros?

–Empezará por los extranjeros pero puede rebotar a los nacionales. En nuestro sector se está pagando más que en industria, pero los inmigrantes pueden ser más económicos que los de aquí, y al final los empresarios hacen números.

–¿El pequeño tamaño de las constructoras valencianas es compatible con las grandes obras públicas?

–Las empresas valencianas llevan unos años actuando en obras de cierto volumen, casi siempre en UTE –Unión Temporal de Empresas–, pero al final el trabajo, la mano de obra, lo hacen subcontratistas y empresas de tamaño menor. Creo que el Estado debería participar en ese concepto haciendo un análisis de reducción de gastos y de mejora de la inversión donde se produzca trabajo, no sólo en investigación. Tiene que hacer una transformación de los presupuestos, que sean menos sociales, porque al final lo social es dar trabajo porque entonces la gente tiene posibilidad de desarrollo, de mejora…, para mí es la verdadera obra social.

–Pero en el último año ha aumentado la licitación pública del Estado.

–El único aumento fuerte que ha habido ha sido el AVE, quedan cosas por hacer, habría que añadir el aeropuerto, que recién terminado es pequeño; el puerto de Valencia, poder ampliarlo nos ha costado más de dos años, en Sagunto también se está trabajando, el acceso norte, que llevamos 20 años y al final lo va a hacer la Generalitat, la red ferroviaria de cercanías…

–¿Y en qué medida los grandes eventos contribuyen a atraer inversiones residenciales extranjeras?

–El motivo de que vengan inversiones de fuera es demostrar confianza por parte de los gobernantes, que sepan que si vienen con dinero van a tener facilidades. En este momento hemos hecho lo contrario en el sector inmobiliario, diciendo que si la ley era expropiatoria…. Un país para que vengan inversiones tiene que tener, primero, alegría de los ciudadanos, y seguridad jurídica, que hemos perdido de aquí tres años atrás. Los políticos están influyendo fuertemente en las sentencias que dictan los jueces. Tiene que haber independencia absoluta y eso lo deben aprender todos los partidos, es una lección pendiente que tenemos. Además está la confianza al mundo empresarial, no puedes ir dando tumbos ni jugar a la Champions League en la economía; y una política exterior clara, para que vengan inversiones. ¿Pero con quién estamos trabajando? ¿Con Marruecos? Ahí tenemos que ir nosotros.

–¿Es el mejor momento ahora para dar el salto al exterior?

–Justamente es buen momento porque aquí está saturado. Ahora hay un viaje, el próximo día 23 a Rumanía, se van cerca de 15 empresas, pero es difícil si no vas acompañado y se hace apoyo desde la Federación.

–¿EE. UU. es un país interesante?

–Sí, pero más para intercambio de modos de hacer y para aprender. Se hizo un esfuerzo de entrar en las organizaciones mundiales y se está trabajando en que las empresas pequeñas piensen que hay unas instituciones que se gastan mucho dinero en inversiones en otros países, y España aporta su parte y lo lógico es que intentemos que haya empresas que vayan a trabajar a otros países. Hemos abierto una línea para intentar que se clasifiquen las empresas, que no es fácil.

–¿En época de ‘vacas flacas’ es bueno tener peso en los órganos empresariales, en CEV, Cierval y en CEOE, donde se han incorporado más representantes de la construcción?

–Bueno siempre es, lo que ocurre es que las empresas, cuando van bien, se dedican a su trabajo y, cuando no, se acuerdan de las federaciones, asociaciones… Nos queda un paso importante que es empezar a estar en las instituciones europeas. CEOE debe dedicarse más a estar en Europa y dejar a las sectoriales que se defiendan aquí.

–¿Y la Administración qué puede hacer?

–Dar una estabilidad al urbanismo, de dos formas. Una, llegar a un buen acuerdo; ahora el PP está en unas condiciones inmejorables de ofrecer eso a la oposición, de llegar a un consenso para 10 ó 12 años de todo el concepto urbanístico y que se eviten polémicas y deje de utilizarse ni a favor ni en contra, eso daría estabilidad a los que invierten en ello. Otra sería apoyar a los municipios medianos y pequeños para que desarrollen planes generales. Es un arma muy útil porque lo que se hace es manchar el desarrollo de ese municipio y luego es más fácil que las empresas lo desarrollen. Ya se definido el valor de cada suelo y así se evita ir peleando por el suelo agrícola, incluso no se producirían esas subidas tan fuertes. Otra sería que cuando se hiciera la modificación del impuesto de actos jurídicos documentados, que pasó del 0,5% al 1% y es un coste importante en la vivienda, un 3 – 4% del coste de una obra, sería importante que se redujera ese impuesto, aunque se pagara de una sola vez. Sería un paso más para facilitar la compra de la vivienda.

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