Los musulmanes que viven en Canarias comenzaron ayer la celebración del Ramadán, “uno de los cinco pilares básicos que ordena el Islam”, según explicó ayer Abdel Habib Elaoukan, imán de la mezquita de Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana, quien precisó que en Gran Canaria viven unos 58.000.

El imán aseguró que durante la celebración se espera una “afluencia masiva” a las mezquitas por parte de los musulmanes que residen en Canarias.

Aunque para el imán Hassem, de la mezquita de Las Palmas de Gran Canaria, “no existe nacionalidad en el Islam”, lo cierto es que los practicantes de esta religión en el Archipiélago provienen mayoritariamente de la zona del Magreb, en el norte de África. Países como Marruecos envían predicadores de Europa para ayudar a los imanes residentes en países extranjeros y afrontar la afluencia de practicantes.

El Ramadán dura aproximadamente un mes. La celebración religiosa consiste en ayunar y no mantener relaciones maritales hasta la puesta de sol; cuando llega la noche se permite comer. Normalmente constituye una reunión familiar cada noche, con todo tipo de platos típicos y dulces, aunque la verdadera fiesta llega con el fin del Ramadán, cuando las mesas musulmanas se convierten en un festín, comparable con la celebración de Navidad. Los imanes reconocen que la llegada de inmigrantes ilegales ha generado que una gran parte de los que se encuentran en las Islas “sean pobres”, por lo que las mezquitas cada noche prepararán comida para ellos.