SU portavoz insiste en llamarle Centro Cultural Andalusí, – «porque ese es su nombre», dice – , aunque popularmente se conoce como la nueva mezquita de Málaga, cuyo minarete de 50 metros de altura se levanta impresionante en la calle Ingeniero Acosta.

Aunque aún no ha tenido lugar la inauguración oficial, que podría contar con la presencia de una representación de la familia real saudí, ayer, primer día del mes sagrado musulmán, abrió los cuatro espacios destinados para el rezo – tres para los hombres y uno para las mujeres – y dispuso todo lo necesario para romper suavemente el ayuno con dátiles y leche, justo a la caída del sol.

Luego vendría el primer rezo, y posteriormente una comida ligera, con la tradicional harira – sopa caliente – como primer plato. Para este Ramadán de estreno, el príncipe Abdulaziz, hijo del rey Fahd, ha realizado un donativo destinado a dar la primera comida tras la ruptura del ayuno a todos aquellos fieles que no tengan recursos y que se acerquen a la mezquita, siguiendo así uno de los preceptos islámico para este mes sagrado, cuyo inicio se rige por el inicio del noveno cuarto creciente lunar del año.

El gobierno saudí ha sido el que ha financiado los más de 22 millones de euros de este centro, en el que además de las salas de rezo, con capacidad para más de medio millar de musulmanes, hay una biblioteca que ya cuenta con 5.000 títulos, una escuela de seis aulas, una sala de conferencias con un sistema de traducción a cinco idiomas (francés, inglés, árabe, portugués y alemán), dos salas de exposiciones y hasta una guardería.

Centro ciudadano

«El objetivo es que sea un centro ciudadano, tanto para los musulmanes como para los no musulmanes», mantiene Javier Isla, portavoz del Centro Cultural Andalusí, que explicó la intención de trabajar conjuntamente con instituciones de la ciudad tales como la Universidad de Málaga, al objeto de desarrollar estudios de forma conjunta.

Aunque el inicio del Ramadán supone un momento muy especial, lo cierto es que una de las salas de rezo está abierta desde hace un mes, «debido a la demanda de la comunidad musulmana de la capital», indicó Isla. La mezquita cuenta con dos imanes: el imán Daour (principal) y el imán Omar. Ambos son de origen marroquí, aunque residen desde hace años en Málaga.

Se estima que la comunidad musulmana de la provincia supera los 20.000 fieles, con otros dos importantes centros para el culto islámico, que están localizados en las mezquitas de Fuengirola y de Marbella.