VICENTE GONZÁLEZ – OVIEDO

El Museo del Holocausto de Jerusalén fue distinguido ayer con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia, al conseguir en la votación definitiva más de la mitad de los apoyos del jurado frente a las otras dos candidaturas finalistas: la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la ciudad de Medellín.

El acta del jurado resalta la “tenaz labor” que el Museo del Holocausto viene promoviendo con el fin de dejar como legado a las nuevas generaciones un mensaje de “superación del odio, del racismo y de la intolerancia”. En el Yad Vashem se ha querido ver un fondo documental de gran importancia para investigar uno de los mayores genocidios de la historia y alertar de la posibilidad de que otros pueblos sufran las consecuencias de actitudes xenófobas.

En las deliberaciones del jurado se puso sobre la mesa la supuesta inconveniencia de premiar una candidatura susceptible de ser utilizada políticamente, como consecuencia del conflicto palestino y de la situación actual en Gaza, pero estos análisis se desvanecieron con la argumentación de que el Museo del Holocausto es un icono de la lucha contra el racismo y por el hecho de que la propuesta de premio había sido avalada por la canciller alemana, Angela Merkel. Sus defensores arguyeron que esta institución es un transmisor de ideales de respeto a los derechos humanos y a la vida y no sólo el símbolo de un pasado que avergüenza a la humanidad.

En su motivación de la candidatura, Merkel afirma que el museo no es únicamente un lugar de sentimientos y contra el olvido, sino “también un lugar de esperanza para la reconciliación y el entendimiento, de tolerancia y de humanidad, de paz y buena vecindad”. Además de la dirigente germana, otras personalidades como Shimon Peres, Beniamin Netanyahu, Kofi Annan o Miguel Ángel Moratinos enviaron cartas de apoyo a la candidatura del Yad Vashem.

El Museo del Holocausto, creado en 1953 y ampliado hace dos años, no sólo perpetúa la memoria de los seis millones de judíos asesinados por el nazismo, sino que también alberga el monumento a los llamados Justos entre las Naciones, con el que se recuerda a más de 22.000 personas no judías que arriesgaron su vida en ese periodo para salvar a los judíos. En la sala de los Nombres, figuran las fotografías de millones de víctimas del genocidio, y en otra de las estancias se alza un grupo escultórico, denominado Memorial de los niños, con el que se recuerda al millón y medio de menores que perecieron en el holocausto.