Tras unos meses con la atención centrada en Canarias, la costa de Cádiz vuelve a ser el punto de desembarco de pateras procedentes del norte de África. Ochenta inmigrantes de origen marroquí, entre ellos cuatro menores, fueron interceptados la madrugada de ayer frente a las playas de Barbate y Conil de la Frontera. Todos ellos, excepto uno, se encuentran en buen estado de salud y serán repatriados en las próximas horas. Con estos son ya casi 200 los inmigrantes que han arribado a las costas andaluzas en la última semana.

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno explicaron que fue el remolcador Artico –ue remolcaba a otro buque por el Estrecho de Gibraltar– el que avistó a la primera de las embarcaciones sobre las cuatro de la madrugada del miércoles a unas 20 millas frente al Cabo de Trafalgar. Después de dar aviso a Salvamento Marítimo, la Salvamar Dhube y la patrullera Río Bernesga de la Guardia Civil se dirigieron a la zona y escoltaron a la embarcación hasta el puerto barbateño, a donde llegó sobre las siete de la mañana.

A bordo viajaban 54 inmigrantes de origen marroquí, entre los que se encontraban 48 varones, dos mujeres y cuatro menores (tres niños y una niña). Una vez en puerto, los inmigrantes, que no presentaban problemas de salud, fueron atendidos por la Cruz Roja y posteriormente puestos a disposición de la Policía Nacional para iniciar los trámites de repatriación. Los cuatro menores han quedado bajo custodia de la Junta de Andalucía.

Paralelamente, fuentes del servicio de Emergencias 112 indicaron que de madrugada fue detectada otra embarcación neumática que acababa de llegar a Cala Mediana, en las inmediaciones de Conil de la Frontera. Según las informaciones, a bordo viajaban una treintena de personas también de origen marroquí, que nada más tocar tierra se alejaron de la playa y se ocultaron. No obstante, se pudo interceptar a seis de los pasajeros, todos ellos adultos y entre los que se encontraba una mujer, que fueron atendidos por los servicios médicos.