MUSTAFA HAMED
MELILLA

La verja que separa Melilla de Marruecos fue cerrada el domingo por la noche durante más de una hora después de que 1.200 marroquís intentaran entrar en avalancha en la ciudad española, especialmente jóvenes que querían aprovechar el último día de fiestas de la localidad. Algunos querían llegar a Andalucía escondiéndose en los barcos que enlazan Melilla con la Península.
Policías nacionales y guardias civiles sufrieron una lluvia de piedras que obligó a cerrar el control fronterizo desde las 20:30 hasta pasadas las 21:30 horas. La operación Feriante, que se inició la madrugada de ayer, ha dado por ahora como resultado la detención de 25 personas que intentaban pasar ocultas entre las atracciones de feria y los camiones que las llevaban.
Según la Delegación del Gobierno en Melilla, la mayoría de las personas que participaron en la aglomeración eran habitantes de Nador que pretendían entrar en la ciudad sin documentación. Al ver que no les dejaban pasar, estas personas comenzaron a arrojar piedras a los agentes del puesto fronterizo, que se vieron obligados a cerrar la verja y a pedir ayuda a la policía marroquí.
Los agentes del país africano lograron separar a las 1.200 personas que intentaban entrar como polizones y eso permitió que el control de la valla pudiera retomarse a las 21.30 horas. No obstante, la normalidad no se recuperó hasta las 22.30 horas.

MIL DOCUMENTADOS
Por otra parte, la Delegación del Gobierno detalló que el Cuerpo Nacional de Policía permitió la entrada de más de 1.000 ciudadanos que tenían los papeles en regla y que otros 200 fueron rechazados por irregularidades o falta de documentación.
El organismo gubernamental destacó también que la policía arrestó a ocho personas escondidas en el interior de las atracciones de feria y en los vehículos que las transportaban. Además, la guardia civil detuvo a otros 17 magrebís que habían llegado a la zona de embarque del puerto melillense, mientras que la policía identificó a 162 ciudadanos que merodeaban por la plaza de España (donde estaba ubicada la feria de atracciones) con la intención de colarse en los camiones de los feriantes. El destino de estos vehículos, tras un viaje en ferri, era Málaga y Almería.