Hace diez años un grupo de medio centenar de residentes en Barcelona de origen pakistaní se reunió para afrontar el grave problema que se presentaba cada vez que fallecía un compatriota y la familia deseaba repatriar el cadáver a su país de origen. De ahí nació el Centro Cultural Islámico Camino de la Paz, en pleno corazón del Raval barcelonés. Y uno de sus objetivos es precisamente hacerse cargo de los procesos de repatriación de cadáveres, una tarea de la que se encarga un comité funerario que tiene hasta 870 socios. Y ahora además disponen de un nuevo local, que se utiliza como centro social y al mismo tiempo como oratorio, de modo que, como señalaban el viernes pasado algunos de los asistentes a las jornadas abiertas, puede decirse que es la mezquita más grande que hay en Catalunya.

En estos diez años de existencia, Camino de la Paz ha dado a conocer la cultura pakistaní y musulmana y ha facilitado clases, especialmente de urdu, a los niños de estas familias pakistaníes. Pero también ha actuado como interlocutor ante la Administración pública y de mediador en numerosos casos en los que se les ha requerido por parte de miembros de la comunidad pakistaní, especialmente en casos de reagrupación familiar. Actualmente, en el distrito de Ciutat Vella viven unos 5.500 pakistaníes y en Sant Martí otros 2.500.

El nuevo local abierto en la calle Erasme de Janer tiene una parte reservada a oratorio – que el viernes se amplía a toda la sala- y el resto se dedica a zona multiusos (clases de cocina, aprendizaje del urdu, reuniones). También hay un despacho y otra sala informática. En estos momentos unos cien niños disfrutan de su servicio educativo, que incluye desde clases sobre la lengua de origen hasta cantos religiosos. El centro ha sido pionero también en el diálogo interreligioso.

Otra actividad destacada que ha partido de los jóvenes de la asociación es el Minhaj Cricket Club, que pretende introducir en Catalunya este deporte tan popular en los países de la Commonwealth.

Desde el pasado viernes y hasta el próximo jueves, todas las tardes hay jornada de puertas abiertas en el nuevo centro social. “Queremos ser un centro abierto a todos los vecinos y a las entidades”, explica su portavoz, Mohamed Iqbal. El pasado viernes, en lo que fue la inauguración oficiosa, hubo una amplia representación de entidades, asociaciones y partidos políticos que saludaron a la comunidad pakistaní. El imán Abdul Rushid agradeció en urdu las relaciones con el vecindario y recordó que ellos también se sienten “españoles y catalanes”.