Mirita no representa a los rumanos

En Castellón consideran que la desesperación del hombre que se quemó a lo bonzo es un caso aislado

La Vanguardia, SALVADOR ENGUIX - Castellón, 10-09-2007

Ha sido un suceso terrible para nuestra comunidad". Daniel Ionita, presidente de la Asociación de Rumanos de Castellón, Valencia y Alicante, resume con esta expresión el sentir mayoritario de esta comunidad tras el terrible suceso protagonizado el pasado martes por Nocolai Mirita, un hombre de 39 años, natural de Tirgoviste, que se prendió fuego a lo bonzo ante la Subdelegación del Gobierno en Castellón.

“Es obvio que este hombre estaba desesperado, pero con su acto transmitió una idea equivocada de la situación de los rumanos en Castellón”, añade Ionita, para quien Nocolai “cometió un terrible error, porque no buscó realmente la ayuda que se le podía haber facilitado”. “Además – concluye- llevaba sólo tres meses aquí, y en tres meses es difícil integrarte; hay que poner voluntad y tiempo, pero al final se consigue”.

La opinión la comparte Ionel Scrosan, presidente de la Asociación de Empresarios Rumanos de Castellón, y buen conocedor del proceso de integración de los más de 50.000 ciudadanos de ese país que viven en una provincia de apenas medio millón de personas. “El proceso de inmigración comenzó realmente hace siete años, y el balance es muy positivo”. Ionita dice que “los rumanos no sólo trabajan en puestos poco cualificados como asistentes familiares o en limpieza; sino que han logrado formar parte de la masa salarial de muchas empresas constructoras y, lo más importante, del azulejo, donde se valora mucho su profesionalidad”.

Todas las asociaciones empresariales de Castellón han destacado, a raíz del suceso de Mirita, “el elevado nivel de integración profesional” de los rumanos en los sectores productivos clave de esta provincia. “En nuestro país – dice Ionita-, no hay mucha tecnología, y la gente aprende a resolver con pericia muchas cosas, desde arreglar un motor hasta otras cuestiones de la casa. Y eso en España se valora mucho”. La opinión de los empresarios la comparten también los principales ayuntamientos de las localidades con más rumanos (Castellón, Vila-real y Nules, por este orden) y la Subdelegación del Gobierno.

En la Cruz Roja de Castellón se apunta, no obstante, que hay casos delicados. El año pasado, esta institución humanitaria atendió a cerca de 400 rumanos en sus diferentes programas: desde el plan de empleo hasta apoyo psicológico y orientación para su integración. Pero en la Cruz Roja también destacan que “la comunidad rumana es muy numerosa y dispone de asociaciones propias que les facilitan información y ayuda”. A pesar de todo, señalan que tras la entrada de Rumanía en la UE “muchos llegan con la expectativa de encontrar un trabajo rápidamente y les decepciona la situación”.

Tal vez éste fuera el caso de Mirita, cuyo cuerpo en llamas fue la imagen más repetida por las televisiones el pasado martes. Gelu Vlasin, presidente de la Federación de Asociaciones Rumanas en Catalunya y Levante, insiste en que “se trata de un caso aislado, de un drama humano que ha ocurrido en la comunidad rumana pero que puede suceder en cualquiera”. “Lo triste – añade- es que ha sido una noticia impactante que esconde el proceso sólido de integración que a veces se ve alterado por una minoría que se dedica a la delincuencia en España”. Vlasin apunta incluso que esas asociaciones de rumanos “están trabajando intensamente para facilitar el proceso de integración de la comunidad gitana rumana en España”. Y concluye: “Este hombre se ha hecho mucho daño y se ha jugado la vida, y sin pretenderlo ha provocado una alarma general inexistente”.

Mientras, la Generalitat valenciana y el Ayuntamiento de Castellón se han volcado para ayudar a la familia de la víctima, que sigue en estado grave en la unidad de quemados del hospital La Fe de Valencia. La hija de Mirita, Isabelle, ha manifestado que su padre ya no quiere volver a Rumanía, y el viernes se divulgaba que un empresario de Toledo ha ofrecido trabajo al herido para que pueda vivir en España. “Espero que la gente no tome el ejemplo de quemarse para lograr trabajo”, ironiza Ionita.

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