El profesorado reclama más apoyos ante el reto de la inmigración y la convivencia
Solicitan el respaldo de los padres y la Administración para «recuperar el prestigio social» en las aulas 9.000 docentes inician el curso en Gipuzkoa en enseñanza obligatoria
Diario Vasco, , 10-09-2007SAN SEBASTIÁN. DV. Arranca el curso escolar. La vuelta al cole llega para los niños, las familias y también para los profesores, un colectivo que ya «no cuenta con la autoridad de antes». Don Severiano hace tiempo que no pega con la regla y del nombre se le ha caído el don. Pero los profesores siguen ahí, tiza en mano, «capeando el temporal» y haciendo frente a cada vez a más retos. «Año tras año, a la escuela como institución y al profesor como profesional la sociedad le exige más responsabilidades», dice uno de ellos.
Integrar a los alumnos inmigrantes, velar por la convivencia en los centros, liderar la implantación de nuevas tecnologías… «En ocasiones hasta toca hacer las veces de padre», explica una docente. Muchos profesores consideran que la Administración «no comparte el esfuerzo para que esas nuevas labores se lleven a cabo en las mejores condiciones». Otros reclaman más respaldo y entendimiento «de los padres». Este curso, no obstante, se prevén mejoras.
Cerca de 30.000 profesores de Infantil, Secundaria y Primaria inician el curso escolar en el País Vasco (9.000 en Gipuzkoa). De todos ellos, la mayoría, 17.342 – mil más que el año anterior – lo harán en la escuela pública. El resto, poco más de 11.000, se encargarán de impartir clases en los centros concertados, principalmente ikastolas y la red de Kristau Eskola. A todos les esperan 265.000 alumnos – 90.000 en Gipuzkoa – , de entre 0 y 16 años.
Este año contarán con más apoyos. Además de las 1.100 nuevas plazas en Primaria e Infantil de la OPE de junio, el acuerdo entre CC OO y el Departamento de Educación ha permitido que en el sector público se creen «más puestos de profesorado de refuerzo lingüístico para la atención al alumnado inmigrante», «medio profesor para implantar programas de convivencia en 115 centros» o puestos para liderar «planes de nuevas tecnologías».
Lo que es todo un logro para el sindicato firmante, «puesto que este curso habrá más recursos que nunca» y en «tres años esas figuras se convertirán en plazas estructurales», para el resto de sindicatos – ELA, Stee – Eilas, LAB, UGT…¯ que representan al 67% del profesorado de la pública, son recursos «insuficientes».
«El profesorado, durante estos años de cambio de la escuela, de asumir retos, se ha llevado la mochila al hombro y ha ido capeando de una forma casi autodidacta todos los temporales que le han ido llegando. Entendemos que ya es hora que la Administración comparta de forma más generosa ese esfuerzo», afirma Jon Moñux, representante de Stee – Eilas.
Pérdida de prestigio
Lo dice una profesora donostiarra de Primaria que acaba de jubilarse: «Se ha perdido el respeto de antes». Uno de los problemas a los que se enfrentan los docentes en el inicio del curso es el «miedo», unido a la progresiva pérdida de prestigio social que antaño tenía la figura del profesor. «Hay padres que hasta ponen en duda los castigos impuestos a los alumnos», afirma una docente irundarra, que se hace la siguiente pregunta: «Si los padres cuestionan a los profesores, cómo no lo van a hacer los alumnos».
Aunque no es bueno generalizar, la situación en determinados casos es tal que, en algunos centros, a los padres se les pide desde el primer día «que no desautoricen al profesor en la presencia del niño». Más vale prevenir…
En este aspecto, Jon Urrusolo, responsable de Educación de LAB solicita que se realicen campañas dirigidas al resto de la sociedad para revalorizar «la función social de la escuela y de los profesores». Xabier Expósito, de ELA, no ve con malos ojos estas iniciativas aunque, en su opinión, «lo fundamental es dotar de recursos el propio entorno educativo».
Para Javier Nogales, secretario general de CC OO Irakaskuntza, la recuperación del prestigio está ligada a la revalorización de la función docente. «Si hay una carrera profesional para los médicos, ¿por qué no para los profesores? Tenemos el compromiso del Ministerio de Educación para elaborar el estatuto del docente. Es un reto que trasladaremos al País Vasco», anuncia.
La progresiva pérdida de prestigio del profesor, en parte, va ligada a la convivencia en los centros. De hecho, la salida a la luz de agresiones en las escuelas – el curso pasado hubo 107 denuncias por bullying y 26 de profesores agredidos – ha hecho necesaria la implantación de planes de convivencia en muchos centros. En los últimos años, el Departamento ha tomado cartas en el asunto y para este curso ha anunciado la puesta en marcha de planes de convivencia en 115 centros públicos, con medio profesor destinado a tal fin. «Es un despliegue de propaganda. Una vez que se implante el plan no habrá ningún profesor para desarrollarlo. El reto exige más recursos», dice Expósito.
Otro de los retos actuales se encuentra en la progresiva incorporación de alumnos inmigrantes a las aulas, que requiere la presencia de profesores de apoyo, e incluso, de traductores. «Esta semana han llegado a un centro de Zaldibia dos alumnos árabes que no conocen el euskera ni el castellano. Muchas veces la política del departamento es haga usted lo que pueda. Los profesores lo abordan sin recursos, sin preparación…», afirma Urrusolo, de LAB. Jon Moñux, de Stee – Eilas, también pide más recursos en este asunto. «Los nuevos retos no pueden ser abordados con las plantillas que ahora existen».
CC OO se felicita de que el acuerdo firmado permita que se pase de «190 profesores de refuerzo lingüístico a 250» y del «aumento de los recursos humanos para los centros públicos con 20% de alumnado inmigrante en Primaria ó 30% en Secundaria». Además, le gustaría que la red concertada fuera «más solidaria a la hora de hacerse cargo del alumnado inmigrante, pero con los recursos necesarios para ello».
Otros de los retos del profesorado es la euskaldunización del alumnado, para lo que se «requieren cambios metodológicos y mayores apoyos al docente» y la implantación de la reforma del currículo – que fija los contenidos que recibirán los alumnos de entre 6 y 16 años (el periodo de escolaridad obligatoria) – y en el que «el despiste por parte del profesorado es absoluto». De momento, el nuevo currículo no arrancará en todos los ciclos.
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