Diez inmigrantes mueren al «hundirse como piedras» a 20 metros de una playa canaria
ABC, 08-09-2007ERENA CALVO
LAS PALMAS. Otros diez más, y ya son cien, los inmigrantes de cuya muerte se tiene constancia este año frente a los menos de veinte cadáveres recuperados en 2006. Ahora llegan menos inmigrantes, pero mueren más, sostienen desde Cruz Roja. «Los controles en el norte de África, Senegal y Mauritania hacen que los cayucos partan de más lejos y los viajes, más largos y duros, se cobren más vidas». No fue el caso de las diez víctimas de ayer. Habían partido en patera desde Cabo Bojador (en las costas del Sahara), y su travesía comenzó a las dos de la tarde del miércoles.
La muerte les llegó a veinte metros de una playa grancanaria, Risco Verde, en plena madrugada. Los gritos de pánico y de impotencia de los ocupantes de la patera alarmaron a algunos vecinos de Agüimes, al sur de la isla, y fueron ellos los que dieron la voz de alerta.
Agentes de la Guardia Civil del municipio llegaron a tiempo de rescatar a dos de los indocumentados que todavía no habían logrado llegar a tierra; dos ya lo habían conseguido con la ayuda de unos salvavidas. Para otros diez fue demasiado tarde. Cuando llegaron los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas del Instituto Armado, la marea había devuelto ya tres de los cuerpos; otros dos flotaban en el agua. «Recuperamos cinco cadáveres más; a unos dos metros de profundidad. Estaban todos juntos, en un socavón del que no pudieron salir», cuenta a ABC Juan Ortega Machín, jefe de los GEAS.
Machín atribuye el accidente a la falta de conocimiento del terreno y a la oscuridad de las horas en las que alcanzaron la costa. «Encallaron en una plataforma de basalto con forma de «u» invertida y pensaron que estaban ya cerca de la orilla», relata. Cuando comenzaron a bajar de la patera y a caminar, por el desnivel que les había pasado inadvertido, «se empezaron a hundir, y los que quedaban dentro, asustados, no paraban de moverse». La pequeña embarcación volcó y diez de los indocumentados perdieron la vida; cinco de ellos – aparentemente menores de edad, según agentes de la Guardia Civil – ahogados en el espacio hueco de la plataforma de basalto.
«Cuando caen al agua, lo hacen como piedras y se hunden en segundos, por el entumecimiento del cuerpo y porque la mayoría no sabe nadar», explica Machín. De veintiuno, número de inmigrantes que formaba la expedición según los datos a los que ha accedido ABC, se salvaron once; tres de los inmigrantes «escaparon» y a última hora de ayer no se había dado todavía con su paradero, informaron fuentes del Instituto Armado.
Los indocumentados, que habían partido de Cabo Bojador, procedían de Túnez y Marruecos, «además de uno de 20 años que aseguró ser saharaui». De los ocho que pudieron ser localizados con vida, tres permanecían ayer ingresados en hospitales de Gran Canaria con cuadros infecciosos, además presentar hipotermia y deshidratación. El resto de la expedición fue interrogada por la Guardia Civil ante la posibilidad de que entre el grupo se encontrase el patrón de la embarcación.
«Si fue él quien dio la orden de saltar a tierra, se le podría imputar un delito de homicidio imprudente», explican las fuentes. Agentes que trabajan con la inmigración en las islas demandaron ayer un incremento de los medios de vigilancia en zonas como el sur de Gran Canaria, ante la ausencia de un sistema de radares, como el que ya funciona en las islas de Lanzarote y Fuerteventura.
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