Buscan una salida al estancamiento indefinido del debate de una reforma migratoria en Estados Unidos.

La falta de una reforma de inmigración ha llevado a los estados a proponer centenares de proyectos en sus propias legislaturas, que generó un caos que puede ser agravado con la implementación de un paquete de medidas anunciadas por el gobierno federal, dijo ayer un miembro de la Cámara de Representantes.

El Congreso no puede ignorar este caos, declaró Jeff Flake, congresista republicano de Arizona, en una audiencia convocada por un panel legislativo para buscar una salida al estancamiento indefinido del debate de una reforma nacional de inmigración.

Flake dijo que en la primera mitad del año, las legislaturas de los estados han visto más de 1,400 proyectos relacionados con la inmigración. De estos, 170 se convirtieron en leyes en 41 estados.

Cansados de esperar una decisión del Congreso, los estados están tratando de tomar las cosas en sus propias manos, dijo.

Flake además criticó una iniciativa de la Casa Blanca que castigará a las empresas que contraten a indocumentados y dijo que con esta acción unas 7 millones de personas no autorizadas para trabajar, o casi el 5% de la fuerza laboral estadounidense, se quedarían desempleadas en medio de informes persistentes de una falta de mano de obra.

Por otra parte, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney criticó al ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani por su política de santuario, que impidió a los empleados públicos de esa ciudad denunciar a los inmigrantes indocumentados.

Giuliani se defendió y acusó a Romney de tolerar la misma política en Massachusetts cuando era gobernador.