Valencia

Una veintena de rumanos con menores malviven entre basura y roedores en naves de Jesús

Las Provincias, A. CHECA, 04-09-2007

“La policía ha venido más de 10 veces pero no parece que haya nada que hacer”, asegura un vecino del distrito valenciano Ropa por los suelos, cuerpos sin vida de ratas en el interior de un cercado, malos olores, electricidad de dudosa procedencia, basura acumulada… Alrededor de una veintena de inmigrantes rumanos, entre ellos varios menores, malviven en estas condiciones en varias fábricas abandonadas de la calle Pianista Amparo Iturbi, en el distrito de Jesús.


LAS PROVINCIAS pudo comprobar ayer la pésima salubridad en la que residen estas personas. Muchos de los vecinos que pasan por las puertas de estas naves lo hacen mientras se tapan la nariz con una mano para no detectar así el mal olor que surge de las fábricas abandonadas.


La entrada y salida de los inmigrantes es casi constante. Muchos de ellos lo hacen en bicicletas, con un carrito de la compra atado en la parte trasera. Es su vehículo de trabajo para la recogida de chatarra, su principal ocupación.


Un solar al que rodea un muro es el lugar escogido para tender la ropa por parte de las dos familias que se resguardan en la nave situada en el número 10 de la calle Pianista Amparo Iturbi. De allí surge también una mujer con una garrafa repleta de agua. El origen del líquido resulta desconocido.


“Estamos bien aquí”

“Estamos bien aquí, no nos hace falta casa”, asegura uno de los inmigrantes ante las preguntas de LAS PROVINCIAS sobre su calidad de vida en la vieja fábrica.


Una respuesta poco acorde con la suciedad, cajas apiladas y colchones viejos que se observan en la nave con tan sólo echar un vistazo desde la entrada.


Servan, con sus tres hijos de 11, 15 y 17 años, es otra de las habitantes de la antigua fábrica de mudanzas Signes. La mujer rumana es viuda desde hace cinco años y llegó a Valencia hace dos meses.


Los tres pequeños menores de edad son sólo algunos de los muchos que, como en el caso de las desalojadas naves de Macosa, malviven en las viejas naves industriales del distrito de Jesús.


“La policía nos echa”, asegura uno de los adolescentes como explicación a que no se encuentren tranquilos en Valencia.


Pero, en este caso, la respuesta de las autoridades no parece llegar. “La policía ha intervenido en más de una decena de ocasiones, pero no parece que haya nada que hacer”, lamentó ayer uno de los vecinos.


Ante Sanidad y el Ayuntamiento

Los residentes en el distrito de Jesús aseguran que los
okupas
llevan más de medio año residiendo en las vetustas instalaciones, mucho antes del desalojo de las naves de Macosa.


Pese a su infinidad de llamadas a la policía y sus denuncias “ante Sanidad y el Ayuntamiento”, la situación continúa.


“Es increíble que puedan vivir así”, asegura Manuel, otro vecino del barrio valenciano, mientras observa de cerca a varios de los inmigrantes.


En el interior de la nave situada en el número 10 se puede ver hasta una bombilla encendida. Tampoco es posible comprobar de donde procede la electricidad que la ilumina.


Un joven que entra en la antigua fábrica señala que en otra nave situada en el número 18 de la misma calle Pianista Amparo Iturbi viven otras tres familias.


La cifra de
okupas
que manejan los vecinos de Jesús es muy superior. Estos aseguran que, tal y como pueden comprobar día a día, en varias fábricas y solares del entorno de la citada vía residen hasta un centenar de personas.


Los denunciantes sostienen que, tras la intervención policial del pasado mes de julio en Macosa, el número de individuos que residen en la zona se ha disparado de manera espectacular. LAS PROVINCIAS pudo comprobar como, en apenas unas horas, decenas de personas entraban y salían sin parar de las naves.


acheca@lasprovincias.es

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