El cineasta británico Ken Loach cree que Europa es «hipócrita» ante los inmigrantes ya que, por un lado, los necesita y, por otro, los margina o expulsa. Este es precisamente el argumento de su película, ’It’s a Free World’, presentada a concurso en Venecia el pasado sábado y con la que ha retratado, junto al guionista Paul Laverty, la degradación del sistema del Bienestar, no sólo para los que llegan al continente, sino también para los que ya vivían en él.

En el film, Angie (Kierston Wareing) madre de un hijo en la pubertad y explotada por un mercado laboral flexibilizado, decide hacerse empresaria tras ser despedida por enésima vez. Como la compañía para la que trabajaba estaba dedicada a la contratación de emigrantes en régimen de explotación, convence a una amiga (Juliet Ellis), para crear una firma dedicada a lo mismo: «total, ¿qué más da? Este es un mundo libre», como reza el título.

«Los medios hablan del milagro anglosajón y dicen que éste es el modelo; que lo deben de seguir los demás países, especialmente la pobre Francia. Todos alaban la visión de Gran Bretaña al haber abierto sus fronteras; lo llaman flexibilidad, pero no es flexible para la gente que lo vive. Siempre me ha fascinado cómo el lenguaje cambia la realidad», comenta Laverty.

En opinión de Loach, «el trabajo barato es el corazón de la economía británica y el Gobierno tiene que subvertir su propia legislación, asegurarse de que no se va a pagar el salario mínimo, porque si se cumpliera, el precio de la comida y de la ropa se encarecería, la inflación subiría y la economía estaría desequilibrada».