La media de edad en el municipio de San Fulgencio está en los 63 años. Como ciudadanos de la Unión Europea, los extranjeros allí empadronados tienen derecho a voto y a una activa participación en la política. «En los últimos comicios, tuve que recurrir al inglés y al francés para dirigirme al electorado en algunos municipios de Alicante», recuerda Elena Valenciano, secretaria de relaciones exteriores del PSOE.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en toda la provincia, los extranjeros censados superan ya a la población autóctona en quince localidades, donde se va configurando un conglomerado de lenguas y nacionalidades. Esta inmigración de turismo residencial no tiene nada que ver con la que llega de África, América Latina y de los países del Este en busca de una salida laboral. La principal comunidad foránea procede de Gran Bretaña. Por detrás quedan alemanes y escandinavos.

La información del INE revela que de los inmigrantes ya asentados en España, el 39% es de origen europeo, el 19% africano y el 31% latinoamericano. «Lo más seguro es que los jubilados europeos seguirán viniendo, siempre y cuando nuestro país siga siendo más barato que el suyo», considera la demógrafa Teresa Castro. En Alicante, la tercera edad procedente del extranjero representa ya el 18% del total de mayores de la provincia.