Zapatero sólo arranca de Francia una llamada de Fillon

ABC, 30-08-2007

A. LARDIÉS

MADRID. Ni disculpa pública ni comunicado. Una conversación telefónica es todo lo que consiguió arrancarle el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al primer ministro francés, François Fillon, para tratar de apagar la polémica en torno a la regularización masiva de inmigrantes. Una polémica cuya mecha prendió el propio Fillon el pasado domingo cuando aseguró que Zapatero le había dicho en persona que lamentaba «amargamente» la regularización, lo que suponía una flagrante contradicción difícil de explicar para el Ejecutivo español.

Ayer, Fillon llamó por teléfono a Zapatero para «disipar cualquier malentendido» y para expresarle que «Francia entiende que la regularización era la única solución para poner fin a una situación compleja y delicada», informa Efe. Es decir, una tibia respuesta que sigue sin aclarar si Zapatero comentó las palabras de la discordia a Fillon en el encuentro que ambos mantuvieron el pasado 27 de julio en Madrid.

Lo que sí queda claro es que las declaraciones de Fillon escocieron en Moncloa, que trató de combatirlas en principio con una respuesta del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

Pero eso no fue suficiente y el propio Zapatero tuvo que salir a la palestra para defender su regularización como «necesaria, conveniente y positiva» y para asegurar que Fillon iba a emitir un comunicado en el que aclararía el «malentendido». El comunicado no ha llegado y todo se ha resuelto con la citada llamada.

El PP sigue a la carga

Mientras, el Partido Popular, cuyos dirigentes hablaron ayer antes de conocerse la conversación telefónica, sigue a la carga con el asunto. Preguntado sobre el affaire «Fillon – Zapatero», el secretario ejecutivo de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, aseguró ayer que el caso refleja «el enorme engaño de Zapatero a la opinión pública española». «Lleva – añadió – dando excusas desde hace muchos meses para intentar acercar las posiciones de su Gobierno con otros gobiernos europeos, mientras que estos consideran que la regularización fue un gran fracaso. Además, como estos países también han tenido que acarrear con las consecuencias de su regularización, su desconfianza hacia el Gobierno español es profunda».

«El Gobierno de Zapatero anunció un desmentido que nunca se ha producido y que deja en el ridículo a su presidente, lo cual lamento mucho porque este señor representa a España», señaló Gabriel Elorriaga, según informa Mario Sánchez Guillén.

Además, el portavoz del Partido Popular en el Senado, Pío García – Escudero, exigió ayer en el Senado «la comparecencia urgente» del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera y del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en el Parlamento para que aclaren «si Zapatero cree que su política de inmigración es un desastre», informa Ep.

El propio Caldera salió al paso de lo dicho por los líderes populares y afirmó que no se arrepiente de la regularización y pidió al principal partido de la oposición que explique «qué hubiera hecho» con los inmigrantes regularizados.

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