El primer ministro francés, François Fillon, llamó ayer a José Luis Rodríguez Zapatero para “disipar cualquier malentendido”, después de que aquel declarase el pasado domingo, en una entrevista televisiva, que el presidente español le había confesado que estaba arrepentido de la regularización de inmigrantes llevada a cabo en España. En la llamada telefónica de ayer, ambos jefes de Gobierno llegaron al convencimiento de que la política de inmigración debe seguir siendo objeto de “una estrecha cooperación” entre España y Francia, según una nota emitida por el palacio de Matignon.
El portavoz del PP, Pío García – Escudero, exigió la “comparecencia urgente” del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, y del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en el Parlamento, para que aclaren “si Zapatero cree que su política de inmigración es un desastre o no”. A su juicio, Zapatero ha provocado “otro ridículo internacional de España”.