EDITORIAL
Inmigrantes ilegales en la Francia de hoy
Francia ha cambiado sin tapujos las normas frente a la inmigración ilegal, muy diferente de la que llega a España. Y para justificarla ha atribuido a Rodríguez Zapatero algo que éste en público no ha dicho.
Diario de Navarra, , 29-08-2007PARA justificar su nueva línea respecto a la inmigración, François Fillon, primer ministro francés, ha invocado la experiencia española y el pesar que Rodríguez Zapatero le expresó a finales del mes pasado, cuando ambos se vieron en Madrid. Fillon ha defendido sin ambages las expulsiones de inmigrantes indocumentados, ha advertido de que no hará procesos de regularización y adujo que el presidente de Gobierno español «lamenta amargamente» el proceso que impulsó en 2005.
Según Fillon, Rodríguez Zapatero «lamenta amargamente» haber regularizado a más de 600.000 inmigrantes ilegales y «se ha comprometido a no hacerlo otra vez». «Nuestras economías, nuestros sistemas sociales y culturales no pueden soportar una aportación incontrolada de población extranjera», sentenció.Fillon afronta las críticas de asociaciones sociales y quizás por eso recurre a ejemplos exteriores, pero vecinos. Es difícil de creer que Zapatero se explayara tanto por un asunto aparentemente amortizado y no tan negativo, porque legalizó una situación de hecho que resultaba insostenible. Otra cuestión es que aquella regularización masiva no haya dejado de expandir un “efecto llamada”, no decreciente, como vemos a diario. Pero también sería incorrecto que el presidente galo hubiera atribuido a su colega hispano una falsedad. El presidente aseguró ayer que esta polémica nace de una «mala interpretación» de sus palabras y volvió a cantar las bondades de aquella medida. Acaso Zapatero le insinuó a Fillon lo que éste quería oír, pero que en público ni ha dicho ni dirá. Reconocer un error, no lo hace casi nadie. Y menos, lamentarlo. Aun así, conviene recordar que aquella regularización afectó al conjunto de la UE, y eso interesa a Francia. Aunque su inmigración no sea como la nuestra.
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