Un incendio, cuyas causas se desconocen, afectó ayer parcial o totalmente a tres plantas de una vivienda de grandes dimensiones de Olazagutía. Las cuatro familias que habitan la casa no se encontraban en su interior cuando comenzaron las llamas. El Ayuntamiento ayudó a los inquilinos a realojarse durante la noche, aunque la mayoría optó por acudir a casa de familiares. La planta más afectada por las llamas fue la última, que quedó calcinada. El tejado también se vino abajo.
La vivienda se encuentra situada en el centro del pueblo (calle Puerto, nº 1), junto al frontón. Según contaban familiares, la estructura de la casa, de grandes dimensiones, podría tener en torno a 200 años. Su interior es prácticamente en su totalidad de madera, de ahí que las llamas se propagaran con rapidez.

El fuego comenzó a las seis y cuarto. En el interior de la vivienda no había ningún miembro de las cuatro familias, y los obreros que construyen una casa pegada a la afectada hacía un cuarto de hora que se habían marchado sin advertir llama alguna. «Todos dicen que no se habían dejado nada encendido, es muy raro», comentaban los vecinos, arremolinados junto a la zona acordonada por Guardia Civil para que los bomberos pudieran trabajar sin riesgo. Agentes de la Benemérita se encargan de la investigación.

Las llamas afectaron sobre todo a la planta superior, tanto que el tejado se vino abajo. En este piso vive de alquiler una pareja que lleva el bar Cielo de la localidad. En la tercera planta reside una familia de inmigrantes, también en arriendo. Estas dos plantas pertenecen a un mismo vecino. En la primera y segunda viven los otros propietarios de la vivienda, un matrimonio en su planta baja y sus nietos en la del segundo. Estas dos plantas no se vieron tan afectadas por las llamas, pero sí por el agua vertida por los bomberos en su extinción.

Realojo de los inquilinos

En cuanto los vecinos dieron la señal de alarma, Sos Navarra envió al lugar el parque completo de los bomberos de Alsasua, compuesto por cuatro efectivos y tres camiones. Además, la Agencia Navarra de Emergencias (ANE) desplazó dos brigadas de apoyo. Hora y media más tarde, el fuego estaba controlado.

La ANE también ofreció su apoyo al Ayuntamiento de la localidad para realojar a los inquilinos. La mayoría optó por pasar la noche en casa de familiares en espera de ver cómo ha quedado su casa. La nieta de la familia del primer piso, Idoia Kintana López de Goikoetxea, de 28 años, era consciente de que «en meses» no se iba poder volver a vivir dentro. «Vaya disgusto, sobre todo para los abuelos, porque han vivido en esa casa toda la vida. Ahora nos han dejado sacar los objetos de valor y habrá que esperar a ver qué dice la policía, los arquitectos y el seguro», se lamentaba.