El centro Zelaieta será el futuro espacio de aprendizaje de euskera para alumnos inmigrantes en escuelas de la localidad. Tras el éxito del programa que durante el pasado curso impartióla asociación Uztarri Kultur Taldea de Bilbao en diversos centros del municipio, el área de Euskera del Ayuntamiento centralizará la actividad en Zelaieta y «si es necesario» en el euskaltegi público. El objetivo es agrupar a los alumnos que participen en el programa por perfiles lingüísticos y no por centros como se hizo por primera vez el pasado año.

Con un alrededor de 700 inmigrante, cerca del 5% de la población del municipio, un porcentaje que ha aumentado de forma vertiginosa en los últimos cinco años, surge en los centros escolares la necesidad de impartir clases de refuerzo para inmigrantes. De esta manera, más de medio centenar de alumnos de Primaria y Secundaria reforzaron a través de actividades lúdicas no sólo la lengua sino la cultura vasca para su mayor integración en la sociedad.

En su primera edición el programa, cuyo presupuesto alcanza los 12.000 euros, se impartió por centros escolares. Así, en el colegio Larrea participaron 25 niños, en Karmengo Ama, 12, y en Zelaieta, 15 – cuatro que estudiaban en el Karmelo y 11 en Urritxe – . Sin embargo, ante el éxito de la iniciativa, cuya asistencia ha rozado el 100%, según apuntan desde el departamento de Euskera del Ayuntamiento de Amorebieta, se repetirán las clases extraescolares. Las charlas a padres y alumnos comenzarán en octubre.

40 alumnos en Urritxe

El Gobierno vasco desarrolla un programa similar en los institutos. Urritxe, con 40 inmigrantes – 19 en cursos de Bachiller y ciclos formativos – dedica una media dos horas y media semanales, dentro de su horario escolar. «En esta zona la mayoría son rumanos, que aprenden castellano en un mes. En cuanto al euskera, el aprendizaje les resulta más costoso puesto que de aulas para afuera practican castellano», comenta la profesora Estibaliz Astigarraga,

La Asociación de Padres y Madres del instituto también es consciente de este problema y busca involucrar a los nuevos vecinos en distintas asociaciones para «integrar a los menores con mayor facilidad en el pueblo», según explicó el jefe de estudios del centro, Iñaki Zabalo. Y es que «cuando vienen no tienen grupo de amigos y necesitan que alguien les enganche a alguna parte», afirma Estíbaliz Astigarraga.