Dodge City, la pequeña México

El Universal, TEXTO ROXANA HEGEMAN AP, 23-08-2007

DODGE CITY, Kansas. Es el hogar de los legendarios vaqueros Wyatt Earp y Bat Masterson, los tumultuosos salones, las redadas de ganado, los tiroteos y la visión romántica del lejano oeste. Pero esa es la Dodge City de antaño. Hoy, el centro de la ciudad presenta restaurantes y comercios mexicanos más reminiscentes de los pueblos del sur de la frontera que de los estadounidenses.

La ciudad de 25 mil 176 habitantes tiene incluso un nuevo apodo: Pequeña México. Los carteles que anuncian Envíos a México cuelgan frente a muchos comercios de Dodge City. Las fachadas de algunas casas ocasionalmente lucen banderas mexicanas.

Dodge City… Cactus, Texas… Fort Morgan, Colorado… Postville, Iowa: durante más de 100 años, esta región fue un ejemplo bucólico e idílico de la vida y valores estadounidenses tradicionales. Hoy, los pueblos agrícolas icónicos van conformando un nuevo modelo económico, que requiere una fuerza laboral pobre y de abrumadora mayoría hispana.

La transición no es fácil. Los inmigrantes que han afluido a estas comunidades están ejerciendo presión sobre los sistemas escolares y la policía. Pero en momentos en que otros pueblos rurales mueren lentamente, Dodge City y los pueblos empacadores de carne muestran economías florecientes. Si esta gente puede sortear el obstáculo de la frontera, los recibimos aquí con los brazos abiertos, dijo el alcalde del condado de Ford, Dean Bush.

Pero muchos de los residentes parecen confundidos. Randy Ford y su esposa Betty, que han vivido en Dodge City 35 años, no asisten más a los actos del Día de la Independencia. Explican que no pueden comprender lo que dicen los cantantes, baladistas hispanos que cantan en español. No vamos más porque no queremos ser mexicanos. Queremos ser estadounidenses, dicen

La transformación de la industria empacadora comenzó en 1960 cuando las plantas empezaron a alejarse de las ciudades para estar más cerca de las fuentes de ganado en estados como Kansas. El primer gran matadero llegó a Emporia en los años 60, seguido de plantas cercanas a Garden City y en Dodge City en los 80.

Es un importante centro de negocios y actividad económica, además de un empleador a gran escala, declaró Ted Schroeder, economista agrícola en la Universidad Estatal de Kansas.

Con el tiempo, las empacadoras pequeñas fueron absorbidas por gigantes como Tyson Foods Inc., Cargill Meat Solutions Corp., Swift & Co. y National Beef Packing Co.

Arturo Ponce es hoy ciudadano estadounidense, pero hasta no hace mucho vivía en un remolque deteriorado, calle abajo de la planta de Cargill en Dodge City. Aquí, dijo recientemente a su hijo de 14 años, fue donde él y su esposa comenzaron su vida en Kansas compartiendo tres dormitorios con otras 13 personas. Casi 20 años después, el mismo remolque sigue atestado de trabajadores que vienen y van. Es un ciclo que sigue repitiéndose, comentó Ponce. Es la misma historia. Salarios decentes que son un imán para los inmigrantes pobres. Porque los salarios pagados por los empacadores de carne son decentes aun sin ser gran cosa.

La tasa de pobreza en Dodge City cayó de 28% en 1980 a 14% en el 2000. La misma tasa también fue reducida a la mitad en Guymon, Oklahoma, donde hay unas 600 mil cabezas de ganado en granjas dentro de un radio de 40 kilómetros de la planta de Seabord Foods.

Pero nadie vive a lo grande. El ingreso per cápita de Dodge City de 15 mil 538 dólares anuales en el 2000 puede que sea un progreso, pero sigue estando muy por debajo del promedio nacional de 21 mil 587 dólares. Dodge City enfrenta el problema del narcotráfico ya que llegan las drogas tras la frontera mexicana. Las pandillas también constituyen una preocupación. Paradójicamente coincide con sus antecedentes anárquicos del pasado. Dodge City siempre ha sido un pueblo salvaje, comentó el alguacil Bush, y hay días en que todavía hace honor a su nombre.

DODGE CITY, Kansas. Es el hogar de los legendarios vaqueros Wyatt Earp y Bat Masterson, los tumultuosos salones, las redadas de ganado, los tiroteos y la visión romántica del lejano oeste. Pero esa es la Dodge City de antaño. Hoy, el centro de la ciudad presenta restaurantes y comercios mexicanos más reminiscentes de los pueblos del sur de la frontera que de los estadounidenses.

La ciudad de 25 mil 176 habitantes tiene incluso un nuevo apodo: Pequeña México. Los carteles que anuncian Envíos a México cuelgan frente a muchos comercios de Dodge City. Las fachadas de algunas casas ocasionalmente lucen banderas mexicanas.

Dodge City… Cactus, Texas… Fort Morgan, Colorado… Postville, Iowa: durante más de 100 años, esta región fue un ejemplo bucólico e idílico de la vida y valores estadounidenses tradicionales. Hoy, los pueblos agrícolas icónicos van conformando un nuevo modelo económico, que requiere una fuerza laboral pobre y de abrumadora mayoría hispana.

La transición no es fácil. Los inmigrantes que han afluido a estas comunidades están ejerciendo presión sobre los sistemas escolares y la policía. Pero en momentos en que otros pueblos rurales mueren lentamente, Dodge City y los pueblos empacadores de carne muestran economías florecientes. Si esta gente puede sortear el obstáculo de la frontera, los recibimos aquí con los brazos abiertos, dijo el alcalde del condado de Ford, Dean Bush.

Pero muchos de los residentes parecen confundidos. Randy Ford y su esposa Betty, que han vivido en Dodge City 35 años, no asisten más a los actos del Día de la Independencia. Explican que no pueden comprender lo que dicen los cantantes, baladistas hispanos que cantan en español. No vamos más porque no queremos ser mexicanos. Queremos ser estadounidenses, dicen

La transformación de la industria empacadora comenzó en 1960 cuando las plantas empezaron a alejarse de las ciudades para estar más cerca de las fuentes de ganado en estados como Kansas. El primer gran matadero llegó a Emporia en los años 60, seguido de plantas cercanas a Garden City y en Dodge City en los 80.

Es un importante centro de negocios y actividad económica, además de un empleador a gran escala, declaró Ted Schroeder, economista agrícola en la Universidad Estatal de Kansas.

Con el tiempo, las empacadoras pequeñas fueron absorbidas por gigantes como Tyson Foods Inc., Cargill Meat Solutions Corp., Swift & Co. y National Beef Packing Co.

Arturo Ponce es hoy ciudadano estadounidense, pero hasta no hace mucho vivía en un remolque deteriorado, calle abajo de la planta de Cargill en Dodge City. Aquí, dijo recientemente a su hijo de 14 años, fue donde él y su esposa comenzaron su vida en Kansas compartiendo tres dormitorios con otras 13 personas. Casi 20 años después, el mismo remolque sigue atestado de trabajadores que vienen y van. Es un ciclo que sigue repitiéndose, comentó Ponce. Es la misma historia. Salarios decentes que son un imán para los inmigrantes pobres. Porque los salarios pagados por los empacadores de carne son decentes aun sin ser gran cosa.

La tasa de pobreza en Dodge City cayó de 28% en 1980 a 14% en el 2000. La misma tasa también fue reducida a la mitad en Guymon, Oklahoma, donde hay unas 600 mil cabezas de ganado en granjas dentro de un radio de 40 kilómetros de la planta de Seabord Foods.

Pero nadie vive a lo grande. El ingreso per cápita de Dodge City de 15 mil 538 dólares anuales en el 2000 puede que sea un progreso, pero sigue estando muy por debajo del promedio nacional de 21 mil 587 dólares. Dodge City enfrenta el problema del narcotráfico ya que llegan las drogas tras la frontera mexicana. Las pandillas también constituyen una preocupación. Paradójicamente coincide con sus antecedentes anárquicos del pasado. Dodge City siempre ha sido un pueblo salvaje, comentó el alguacil Bush, y hay días en que todavía hace honor a su nombre.

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