A pesar de que desde el pasado domingo unos 400 inmigrantes han alcanzado las costas españolas y otros 13 han muerto en el intento, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, sigue manteniendo su discurso triunfalista. Caldera insistió ayer en el «descenso notable» del número de inmigrantes llegados a territorio español en cayucos, y subrayó que la cifra desde el mes de enero supone «la menor llegada neta de inmigrantes en cayucos a nuestras costas desde el año 2001».

No obstante, el titular de Trabajo admitió que «pese a que ésta es la mejor cifra de los últimos años», esto «no significa que algunos no vayan a seguir llegando, en un viaje muy peligroso, en un viaje hacia la incertidumbre y desde luego en un viaje cuyo único final consiste, para las personas que tienen la fortuna de llegar a las islas Canarias, en ser repatriados», destacó el ministro desde Calpe (Alicante), donde pasa sus vacaciones, informa Efe.

Mientras tanto, las costas españolas están recibiendo una de las mayores oleadas de inmigrantes irregulares de todo 2007 con el triste balance de 13 fallecidos. Siete de los supervivientes de la patera auxiliada el domingo por un pesquero español continúan ingresados en hospitales públicos canarios, aunque su estado no resiste gravedad. Los 27 inmigrantes que sobrevivieron a la travesía y estuvieron una semana sin agua y sin víveres relataron que tuvieron que arrojar 11 cadáveres por la borda. Otro de los inmigrantes llegó ya muerto a Fuerteventura y el último falleció en el Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria.

Desde la Cruz Roja alertaron ayer de que los inmigrantes arriban cada día en peores condiciones físicas y que 2007 es el año que más cadáveres se han encontrado dentro de los cayucos que llegan a las islas Canarias. Es decir, cada vez hay más sin papeles que fallecen deshidratados y por falta de víveres y no porque se hayan ahogado en el mar.

En este sentido, el coordinador de Emergencias de Cruz Roja Tenerife, Austing Taylor, destacó que los subsaharianos realizan este año travesías más largas desde Africa porque dan más rodeos para evitar los dispositivos europeos de control de fronteras Frontex, por lo que muchos de ellos llegan con hipotermia, deshidratación, quemaduras de segundo grado y contusiones por caídas en los cayucos.

Además, atribuyó el descenso en las llegadas de irregulares durante este año al mal estado de la mar, al aumento de la vigilancia y al incremento de las repatriaciones.

Por su parte, la secretaria de Política Social y Bienestar del PP, Ana Pastor, acusó ayer al Gobierno de estar «de vacaciones» mientras están llegando cayucos y pateras a España procedentes de Africa y muriendo inmigrantes en el camino. «No tienen ni la decencia de decir que esto es un drama », afirmó.

«El Gobierno tiene que rectificar, si es capaz de rectificar en algo. Hay más muertes que nunca de personas que están tratando de llegar aquí a través de las mafias. Y hay falta de medios, no hay control ni vigilancia», censuró Ana Pastor.

También la ONG SOS Racismo acusó ayer al Gobierno de aplicar una política migratoria «insolidaria y vulneradora de los derechos humanos» de los inmigrantes que arriban a España por apostar por el blindaje de fronteras.