EEUU deporta a la líder simbólica de los 'sin papeles'
El Periodico, , 21-08-2007En los años 80, cuando cruentas guerras civiles en muchos casos azuzadas desde Washington asolaban Centroamérica, nació en EEUU el Movimiento Santuario, una asociación de centenares de congregaciones religiosas que ayudaban a los centroamericanos a entrar y permanecer sin papeles en el país. Ahora, cuando se calcula que 12 millones de inmigrantes indocumentados viven en el país y que el flujo no cesa, el movimiento ha renacido.
Su principal emblema ha sido Elvira Arellano, una mexicana que el 15 de agosto del pasado año buscó refugio en la Iglesia Metodista Unida Adalberto de Chicago para evitar una deportación inminente que le obligaría a separarse de su hijo, Saúl, nacido en EEUU y, por lo tanto, ciudadano del país. Hace unos días, Arellano abandonó por primera vez la iglesia para embarcarse en un viaje por el país plagado de actos a favor de la reforma de las leyes de inmigración. El domingo fue detenida y deportada a México.
EL NIÑO SE QUEDARÁ
Arellano, que tenía previsto viajar a Washington para participar el 12 de septiembre en una gran manifestación, fue arrestada a las puertas de la iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles. Con ella iba su hijo, que ha quedado bajo la custodia de Alexia Salvatierra, de la organización Clérigos y Laicos Unidos por la Justicia Económica, y Emma Lozano, del Centro sin Fronteras, un grupo donde en el mensaje de la centralita se llama a solicitar el despido de Lou Dobbs, el presentador de CNN que ha hecho de la expulsión de sin papeles su caballo de batalla.
Arellano se ha convertido en símbolo para para todos los que protestan por la intensificación de las redadas contra inmigrantes sin documentación en las que se producen deportaciones sin tener en cuenta si el deportado deja atrás – – y en muchos casos desamparados – – a hijos o menores a su cargo. A la vez, su expulsión era causa pendiente para los defensores de aplicar a rajatabla las leyes de inmigración. “No puedes usar a tu hijo como un escudo para ignorar las leyes”, declaró ayer Joseph Turner, de la Federación para la Reforma de Inmigración en América. Otro de los miembros de ese grupo, Ira Mehlman, dijo que “el hecho de que su caso haya sido publicitado no significa que el Gobierno no tenga que hacer su trabajo”.
El caso vuelve a tensar las relaciones diplomáticas entre EEUU y México y llega justo cuando George Bush y su homólogo mexicano, Felipe Calderón, se encuentran en Canadá en una reunión de dos días. Ayer no había trascendido si los dos líderes discutieron el caso de Arellano, pero la Secretaría de Relaciones Exteriores de México sí anunció que ha puesto en marcha pesquisas para determinar si las autoridades estadounidenses respetaron los derechos de la mujer, que no tuvo acceso a los servicios de asesoría legal del consulado en Los Ángeles antes de ser puesta en libertad en Tijuana.
(Puede haber caducado)