El Centro de Acogida de Menores La Purísima alcanzó ayer la cifra de 200 niños extranjeros no acompañados, todos de origen marroquí, tal y como confirmó la consejera de Bienestar Social, María Antonia Garbín, quien señaló que estas instalaciones «están totalmente desbordadas», ya que se contabilizan «cuarenta menores por encima de la capacidad máxima del centro, provocando una situación «tan grave que se sobrepasa en más de 50 niños las cifras del año pasado».

Esos datos reflejan que la inmigración infantil sigue al alza en Melilla, situación de «honda preocupación» para el Gobierno local, sobre todo tras el anuncio del Ministerio de Trabajo de que no se van a repatriar menores a Marruecos. En relación a esto, Garbín aclaró que ésta era una situación «que ya se preveía», dado que no se está tramitando ningún expediente de expulsión. No obstante, este hecho no es óbice para «seguir reivindicando que se cumpla lo pactado con Marruecos», que se escuda en la falta de consulado y el no reconocimiento de Ceuta y Melilla como ciudades españolas.

Cree Garbín que esta situación tiene su origen en «varias circunstancias», como el engaño del que son objeto los menores, «a los que manipulan diciendo que van a obtener papeles y trabajo», de ahí que el perfil del menor sea el de «un chico entre 15 y 17 años».