Fuerzas federales llegan a frontera por inmigrantes

El Universal, De los Corresponsales, 15-08-2007

ARRIAGA, Chis.— El cónsul general de la República de El Salvador en Tapachula, Nelson Cuéllar, verificó personalmente la situación de emergencia que se vive en algunos municipios chiapanecos y tabasqueños por la presencia de cientos de migrantes centroamericanos varados, debido a que el tren que utilizaban para transportarse a la frontera de Estados Unidos dejó de operar en el sur del país.

Durante un recorrido por las vías del ferrocarril y el albergue para migrantes Hogar de la Misericordia, el diplomático constató las condiciones en que están cientos de extranjeros procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.

“Vimos en las vías del tren una pareja de chapines —guatemaltecos— como de 21 años, con una niña de dos años, que están esperando a que salga el tren, ya que alguien les dijo que se irá en cualquier momento”, explicó.

Dijo que una mínima cantidad de migrantes se ha regresado de manera voluntaria a su país de origen; otros optaron por buscar un trabajo para juntar dinero y continuar el viaje, y el resto se mantiene con la esperanza de que el ferrocarril reinicie operaciones. Una parte se ha ido a pie hacia la ciudad de Ixtepec, Oaxaca, donde es presa de las bandas de delincuentes.

“Hemos externado nuestra preocupación a las autoridades y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por lo que están pasando nuestros compatriotas para ver qué se puede hacer”, indicó Cuéllar.

A pesar de esta situación, el flujo migratorio no se ha detenido ya que sigue arribando gente que no se ha enterado que el tren dejó de operar.

Desde octubre de 2005, cuando el tren de carga Chiapas – Mayab suspendió operaciones desde Suchiate, localidad fronteriza con Guatemala, cientos de centroamericanos tienen que caminar más de 260 kilómetros para llegar a este municipio que limita con el estado de Oaxaca.

A su paso por esa zona del territorio mexicano, el huracán Stan destruyó puentes y varios kilómetros de vías del ferrocarril, lo que provocó también que los indocumentados cambiaran sus recorridos.

Con ello se abrieron nuevas rutas y otras que ya estaban como la de Tenosique, en Tabasco, y La Mesilla, por Comitán, se hicieron importantes para el flujo migratorio.

Operativos

Con el apoyo de fuerzas de seguridad federales y estatales, así como el Ejército mexicano, las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) iniciaron operativos para asegurar y deportar a los miles de indocumentados que se quedaron varados en la zona.

Armados con palos, piedras y botellas, en cambio, miles de migrantes repelieron al Ejército y a la policía, que intentaron capturarlos para expulsarlos a su país.

Organismos de derechos humanos informaron que ayer cientos de militares y policías arribaron al poblado El Faisán la Vía, en la frontera con Guatemala, donde los migrantes esperan que el ferrocarril vuelva a circular para proseguir su viaje hacia la frontera norte.

En el frustrado operativo sólo tres migrantes, de los más de mil que permanecen cansados y hambrientos desde la semana pasada en El Faisán la Vía, municipio de Tenosique, Tabasco, fueron capturados.

El gobierno federal envió a esta zona a 300 elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP), con el propósito de resguardar el área ante el riesgo social que significa la presencia de miles de migrantes en Tabasco.

A los primeros centenares de indocumentados asegurados, la mañana de ayer se les remitió a la estación migratoria del INM, donde se les proporcionó alimentos, atención médica y baños para su aseo personal.

El gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, tras expresar su preocupación por el número de indocumentados que calculó en cerca de 6 mil en los municipios de la frontera, dijo que entabló comunicación con la Secretaría de Gobernación para que entre ambas partes se tome cartas en el asunto. (Con información de María de Jesús Peters, Alberto López, Roberto Barboza y Fredy M. Pérez)

ARRIAGA, Chis.— El cónsul general de la República de El Salvador en Tapachula, Nelson Cuéllar, verificó personalmente la situación de emergencia que se vive en algunos municipios chiapanecos y tabasqueños por la presencia de cientos de migrantes centroamericanos varados, debido a que el tren que utilizaban para transportarse a la frontera de Estados Unidos dejó de operar en el sur del país.

Durante un recorrido por las vías del ferrocarril y el albergue para migrantes Hogar de la Misericordia, el diplomático constató las condiciones en que están cientos de extranjeros procedentes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua.

“Vimos en las vías del tren una pareja de chapines —guatemaltecos— como de 21 años, con una niña de dos años, que están esperando a que salga el tren, ya que alguien les dijo que se irá en cualquier momento”, explicó.

Dijo que una mínima cantidad de migrantes se ha regresado de manera voluntaria a su país de origen; otros optaron por buscar un trabajo para juntar dinero y continuar el viaje, y el resto se mantiene con la esperanza de que el ferrocarril reinicie operaciones. Una parte se ha ido a pie hacia la ciudad de Ixtepec, Oaxaca, donde es presa de las bandas de delincuentes.

“Hemos externado nuestra preocupación a las autoridades y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por lo que están pasando nuestros compatriotas para ver qué se puede hacer”, indicó Cuéllar.

A pesar de esta situación, el flujo migratorio no se ha detenido ya que sigue arribando gente que no se ha enterado que el tren dejó de operar.

Desde octubre de 2005, cuando el tren de carga Chiapas – Mayab suspendió operaciones desde Suchiate, localidad fronteriza con Guatemala, cientos de centroamericanos tienen que caminar más de 260 kilómetros para llegar a este municipio que limita con el estado de Oaxaca.

A su paso por esa zona del territorio mexicano, el huracán Stan destruyó puentes y varios kilómetros de vías del ferrocarril, lo que provocó también que los indocumentados cambiaran sus recorridos.

Con ello se abrieron nuevas rutas y otras que ya estaban como la de Tenosique, en Tabasco, y La Mesilla, por Comitán, se hicieron importantes para el flujo migratorio.

Operativos

Con el apoyo de fuerzas de seguridad federales y estatales, así como el Ejército mexicano, las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) iniciaron operativos para asegurar y deportar a los miles de indocumentados que se quedaron varados en la zona.

Armados con palos, piedras y botellas, en cambio, miles de migrantes repelieron al Ejército y a la policía, que intentaron capturarlos para expulsarlos a su país.

Organismos de derechos humanos informaron que ayer cientos de militares y policías arribaron al poblado El Faisán la Vía, en la frontera con Guatemala, donde los migrantes esperan que el ferrocarril vuelva a circular para proseguir su viaje hacia la frontera norte.

En el frustrado operativo sólo tres migrantes, de los más de mil que permanecen cansados y hambrientos desde la semana pasada en El Faisán la Vía, municipio de Tenosique, Tabasco, fueron capturados.

El gobierno federal envió a esta zona a 300 elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP), con el propósito de resguardar el área ante el riesgo social que significa la presencia de miles de migrantes en Tabasco.

A los primeros centenares de indocumentados asegurados, la mañana de ayer se les remitió a la estación migratoria del INM, donde se les proporcionó alimentos, atención médica y baños para su aseo personal.

El gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, tras expresar su preocupación por el número de indocumentados que calculó en cerca de 6 mil en los municipios de la frontera, dijo que entabló comunicación con la Secretaría de Gobernación para que entre ambas partes se tome cartas en el asunto. (Con información de María de Jesús Peters, Alberto López, Roberto Barboza y Fredy M. Pérez)

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