Según el ministerio de Trabajo, el argumento que les ha transmitido a los empresarios de la hostelería en general es que los contratos deben ser anuales, como mínimo, porque si permiten firmarlos por menos tiempo regularizan su situación y a final de temporada los inmigrantes ilegales estarían legalizados… y en el paro. «Ha obligado a contratar gente ilegal en Gipuzkoa, con el riesgo que supone. La Asociación de Empresarios de hostelería de Gipuzkoa ha aconsejado a todos no contratar más que a los que estén regularizados», explica Ubarretxena.

Su estadística laboral le indica que «de ocho que se presentan a un anuncio, siete no tienen documentos en regla. Y al otro igual no le interesa lo que le ofreces, porque una vez que tiene un trabajo, busca otro que le permita disfrutar de fines de semana y festivos. Aunque le paguen menos. Así que a veces no hay otra salida que poner a trabajar a quien no tiene papeles o no ocupar la plaza o te arreglas con los demás».

La asociación de hostelería tiene previsto paliar esta necesidad de mano de obra especializada con cursos de iniciación a partir de septiembre. «Necesitamos gente que tenga vocación, primero, para después formarlos. Hay que dignificar la profesión», recalca Ubarretxena. «Por horas y sueldos, el trabajo en la hostelería es igual o mejor al resto», defiende el presidente de los hosteleros.

Este verano «está siendo flojo. La subida de las hipotecas, la situación política y el mal tiempo han influido». Todos los empresarios esperan a que luzca el sol para rentabilizar el costo de los contratados. «Y no vienen tiempos de alegría para la hostelería. Vamos a pasar un duro invierno», prevé Ubarretxena.