Cómo debería haber sido
Los procedimientos internacionales de búsqueda y rescate marítimos, procedimientos SAR, están establecidos exhaustivamente en el Manual Internacional para el Salvamento Marítimo y Aéreo, de obligado cumplimiento, pero podrían no haberse cumplido el 19 de julio, cuando murieron 88 inmigrantes.
El Día, , 14-08-2007El transbordo de inmigrantes en alta mar de una embarcación a otra es una difícil tarea que entraña muchos riesgos y está encomendada a expertos. Ante la tragedia que sucedió el pasado 19 de julio a 90 millas al sur de Tenerife, con el resultado de 88 desaparecidos, merece la pena recordar la hazaña del patrullero “Grosa”, de la Armada, que realizó con éxito en noviembre de 2004 el traspaso de 28 marroquíes, en similares circunstancias, a 70 millas de la costa africana.
Según los datos de un estudio extraoficial elaborado por expertos de Salvamento Marítimo, al que ha tenido acceso EL DÍA, en referencia al suceso del 19 de julio, “no parece que en este accidentado rescate se hayan seguido los procedimientos establecidos”.
Este informe recalca que “los procedimientos internacionales de búsqueda y rescate marítimos, procedimientos SAR, están exhaustivamente descritos en el Manual Internacional para el Salvamento Marítimo y Aéreo, de obligado cumplimiento para los centros de salvamento y sus unidades de rescate de los países signatarios del Convenio SAR, de 1979”.
Dirección de las operaciones.- El citado informe recuerda que “corresponde al jefe del Centro Regional de Coordinación de Salvamento de Tenerife nombrar al OSC (On Scene Commander), que es el jefe de operaciones en el lugar del siniestro, que dirige las operaciones y coordina a los medios participantes en la zona, además de mantenerse en contacto permanente con el jefe del centro”. Precisa que, en la noche del pasado 19 de julio, “debió corresponder al capitán del Luz del Mar, por ser el profesional experto al mando del buque de Salvamento”. Según se desprende del estudio, “resulta extraño que el Luz del Mar, que se mantuvo durante seis horas alejado del cayuco, custodiándolo, permitiera que el remolcador Conde de Gondomar (que acudió en su ayuda) intentara abarloarse a la pequeña embarcación, con resultado de que ésta volcase”.
Sin capacidad de maniobra.- En opinión de los expertos que han realizado el estudio, “el jefe debía haber ordenado al remolcador que se mantuviese alejado, porque el Conde de Gondomar carece de la capacidad de maniobra necesaria para esta operación y, además, porque es tan grande que levanta mucho oleaje con sus hélices y puede hacer volcar a una embarcación más pequeña, como es el cayuco”. Teniendo en cuenta que las condiciones del mar en esa noche no eran buenas, hubiera sido mejor proceder de otra forma.
Otras opciones.- El estudio aporta posibles opciones mejores que realizar directamente el transbordo de los inmigrantes desde el cayuco al remolcador, en horas de la madrugada (fase luna nueva a cuarto creciente), con olas y viento. Entre las posibilidades, figura, por ejemplo, “esperar al amanecer, para arriar las embarcaciones de rescate del Luz del Mar y el bote salvavidas del Conde de Gondomar, realizando el transbordo de los inmigrantes, de uno en uno, con toda seguridad”.
Un buen ejemplo.- De forma similar se comportó el patrullero “Grosa”, de la Armada española, cuando el 8 de noviembre de 2004 realizó un transbordo de inmigrantes en alta mar, en aguas internacionales, a 70 millas de la costa de Marruecos y a 140 millas de la Península, hecho publicado por este rotativo en su edición del 9 de noviembre de 2004. En esa ocasión, el patrullero se encontró en su camino con una patera que se había quedado parada, con 28 inmigrantes a bordo. Después de informar al almirante naval de Canarias, el comandante recibió instrucciones para proceder al rescate de los indocumentados, que fueron recogidos de cuatro en cuatro en una embarcación de salvamento del patrullero, que salió en su busca con tres tripulantes, uno de ellos especialista en rescates. Los siete viajes realizados desde la balsa hasta el patrullero se llevaron a cabo transmitiendo mensajes a los inmigrantes para que no se pusieran de pie, ante el riesgo de que volcara la balsa. Coordinados con la Guardia Civil de Melilla, los 25 tripulantes del “Grosa” atendieron a los indocumentados esperando la llegada de una patrullera marroquí que iba a su encuentro. El buen hacer del “Grosa”, atendiendo a los 28 marroquíes en las seis horas que duró la hazaña, siguiendo al dedillo las indicaciones de sus superiores, hizo que esta delicada “operación” de traspaso de indocumentados a Marruecos en aguas internacionales se realizara con éxito.
Tristezas y alegrías.- A pesar de este incidente, la tarea llevada a cabo por Salvamento Marítimo es encomiable, tanto en el rescate de inmigrantes, como en el resto de funciones encomendadas.
Este servicio lleva a sus espaldas centenares de actuaciones de rescate de inmigrantes, con resultado positivo, tanto en aguas cercanas a Canarias como en las peninsulares, por las que ha recibido condecoraciones. No obstante, no se puede olvidar que en el suceso del 19 de julio fallecieron 88 personas.
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