REGIÓN MURCIA

«Creí que me desangraba, que nadie llegaría a tiempo»

Socorro, la mujer acuchillada el domingo presuntamente a manos de su marido, se recupera en el hospital de sus heridas

La Verdad, J. P. P., 14-08-2007

La discusión previa fue casi banal, sólo una excusa. El marido – presunto agresor – tenía ya dentro un cóctel explosivo de ira, frustración y rabia que terminó con un cuchillo ensangrentado y una mujer que ha vuelto a nacer. Socorro, una ecuatoriana de 43 años, se recupera en el hospital Reina Sofía de la herida recibida el pasado domingo, una incisión en el pecho que a punto estuvo de llegar al pulmón izquierdo. «Jamás pensé que él sería capaz de hacer algo así», repite, aunque no es la primera vez que los malos tratos hacen presencia en esta familia. «Hace un año ya me agredió, me agarró muy fuerte del cuello y me zarandeó». En aquella ocasión llamó a la Policía, pero luego no hizo nada. «No quería perjudicar a mi marido, porque entonces todavía no tenía permiso de residencia y lo podían echar». Después, la relación se recompuso, aunque la pareja convivía poco tiempo en su casa de la calle San Marcos, en el barrio del Carmen de Murcia. «Estaba fuera muchos días. El sábado volvió de Francia con su sobrina, y por la noche se fue a beber con unos amigos». Socorro se asustó, porque sabe que el alcohol vuelve agresivo a su marido. «Sólo se pone violento cuando bebe», justifica. Ella le esperó viendo la televisión, mientras su hija, de 6 años, se fue a la cama. También la sobrina, de 12 años, a la que Socorro acomodó en la habitación que habitualmente ocupa un primo de la familia.

«El chico no estaba esa noche en la casa, pero cuando volvió mi marido, creyó que estaban los dos juntos en la habitación y se enfadó. Yo se lo expliqué, pero estaba muy alterado y seguía gritando. Estaba fuera de sí. Me empezó a provocar preguntando si iba a volver a denunciarlo, y yo le dije que lo haría si me daba motivos». Entonces, el hombre se fue hacia la cocina. «Creí que volvería con el móvil, pero apareció con un cuchillo y vino hacia mí». Empezó a gritar al recibir la herida, y para entonces las dos niñas ya estaban despiertas. Asistieron atónitas a la escena y luego salieron al balcón a pedir ayuda. «Me taponé como pude, porque salía sangre a chorros. Creí que me desangraba». Eran las cinco y media de la madrugada. La Policía llegó pronto, aunque a ella le pareció una eternidad. «Pensé que nadie vendría a tiempo». Los propios agentes la trasladaron rápidamente al Reina Sofía, donde fue intervenida de urgencia para detener la hemorragia.

«Siempre pensé que podría cambiar», dice mientras piensa en su esposo. «Yo tengo la culpa, debería haberle dejado cuando me agredió la primera vez», se lamenta. Socorro no piensa perdonar en esta ocasión. Esta vez, la denuncia llegará hasta el final.

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