«Uno no deja de ir al colegio porque sea gitano sino porque tiene un problema concreto». Así explican el absentismo escolar de estos alumnos la responsable en Navarra de la Fundación Secretariado Gitano, Inés García Pérez, y el coordinador de integración social de este colectivo, Rubén Unanua.

Ambos reconocen que hay muchas familias gitanas en riesgo de exclusión social y que tienen «problemas muy gordos», de embargos, endeudamiento… y para los que la escuela no es importante e incluso la ven como algo hostil. «El sistema educativo no puede ignorar estas situaciones. Hay casos en los que los alumnos no tienen ni un lugar para hacer la tarea o viven en casas que comparten tres generaciones. Además, muchos padres, no le ven utilidad a la escuela y no le dan importancia».

Una de las principales causas que genera el absentismo, añaden, es el bajo aprovechamiento escolar . «Los resultados académicos suelen ser muy malos. Y como no se enteran y suspenden muchos optan por no ir a clase. Los responsables del Secretariado Gitano insisten además que los gitanos deben integrarse en un sistema escolar normalizado, algo que ya se da actualmente. «No deben existir iniciativas al margen, sino que han de integrarse con todos los alumnos».

Cambios lentos

Inés García insiste en que hay que abordar este problema dedicándole tiempo y recursos. «Pero los cambios son lentos. Sólo hace treinta años que los gitanos se han incorporado al sistema escolar. Hay respetar sus tiempos y su cultura».

El curso pasado se puso en marcha de manera piloto un programa de apoyo al alumnado gitano en el colegio público Mendialdea de Berriozar. En él se media con las familias y se ayuda a los alumnos a hacer las tareas en la biblioteca fuera del horario escolar.