Permanecen varados cientos de migrantes

El Universal, María de Jesús Peters y Roberto Barboza, 13-08-2007

ARRIAGA, Chis. A dos semanas de que la empresa ferrocarrilera Chiapas – Mayab suspendió operaciones, centenares de indocumentados centroamericanos permanecen varados y en situación desesperada en varios puntos de la línea ferroviaria, como los municipios de Arriaga y Palenque, en el estado de Chiapas, y en Tenosique, Tabasco.

De acuerdo con el coordinador de la Casa del Migrante, fray Blas Alvarado Jiménez, muchos de ellos empiezan a ingresar a la ciudad y comunidades de las dos entidades a pedir la ayuda de los chiapanecos y tabasqueños para poder subsistir.

Desilusionados, algunos que se encontraban en las inmediaciones de los límites de Chiapas y Oaxaca han tenido que caminar hasta una semana a marcha forzada 180 kilómetros para llegar a Ixtepec, en el istmo oaxaqueño, para embarcarse desde ahí hacia el norte.

Otros han optado por regresar caminando; unos alrededor de 300 kilómetros hacia Tapachula, para volver a sus respectivos países de origen, por temor a caer en manos de polleros, ladrones, pandilleros o policías mexicanos.

Prácticamente sin dinero ni alimentos, en improvisadas enramadas, potreros, casas abandonadas y de seguridad los migrantes esperan con impaciencia, en al menos estos lugares de Chiapas y Tabasco el arribo del ferrocarril, que de acuerdo con las autoridades mexicanas y funcionarios de esa misma dependencia, reiniciaran operaciones a fines de este año.

Ya estamos desesperados, se nos acabó el dinero y muchos de nosotros ya estamos pensando en que lo mejor es regresar y esperar a que se reanude el servicio del tren, dice un migrante de origen salvadoreño quien considera que no vale la pena arriesgar su vida para llegar a Estados Unidos.

Estoy esperando un dinero que me van a mandar de Sonsonete, me voy a regresar. Prefiero comer frijoles a perder la vida.

Con la suspensión de las actividades del ferrocarril, el drama de los migrantes que en su mayoría buscan trasladarse a Estados Unidos, es aún más peligroso.

Los que no cejan en este objetivo y se encuentran en las inmediaciones de Arriaga, tendrán que enfrentar nuevos obstáculos: caminar entre pantanos, montañas y sobre todo enfrentar a las mafias de policías oaxaqueños que se dedican al secuestro y violación de migrantes, denunciaron los indocumentados.

Después de que el huracán Stan destruyó puentes y las vías del tren hace casi dos años, los migrantes tienen que caminar más de 300 kilómetros desde Ciudad Hidalgo, localidad fronteriza con Guatemala, hasta el municipio de Arriaga, que limita con Oaxaca, donde abordaban el lomo de la bestia, como ellos mismos le llaman al ferrocarril.

Con la suspensión de las operaciones de Chiapas – Mayab, ahora los migrantes tendrán que caminar unos 180 kilómetros más para llegar a Ixtepec, Oaxaca, donde abordarán el ferrocarril que los acercará a la frontera con Estados Unidos.

Tenosique, Tabasco, es el segundo punto importante por donde los migrantes centroamericanos transitan en grandes grupos para abordar el ferrocarril.

ARRIAGA, Chis. A dos semanas de que la empresa ferrocarrilera Chiapas – Mayab suspendió operaciones, centenares de indocumentados centroamericanos permanecen varados y en situación desesperada en varios puntos de la línea ferroviaria, como los municipios de Arriaga y Palenque, en el estado de Chiapas, y en Tenosique, Tabasco.

De acuerdo con el coordinador de la Casa del Migrante, fray Blas Alvarado Jiménez, muchos de ellos empiezan a ingresar a la ciudad y comunidades de las dos entidades a pedir la ayuda de los chiapanecos y tabasqueños para poder subsistir.

Desilusionados, algunos que se encontraban en las inmediaciones de los límites de Chiapas y Oaxaca han tenido que caminar hasta una semana a marcha forzada 180 kilómetros para llegar a Ixtepec, en el istmo oaxaqueño, para embarcarse desde ahí hacia el norte.

Otros han optado por regresar caminando; unos alrededor de 300 kilómetros hacia Tapachula, para volver a sus respectivos países de origen, por temor a caer en manos de polleros, ladrones, pandilleros o policías mexicanos.

Prácticamente sin dinero ni alimentos, en improvisadas enramadas, potreros, casas abandonadas y de seguridad los migrantes esperan con impaciencia, en al menos estos lugares de Chiapas y Tabasco el arribo del ferrocarril, que de acuerdo con las autoridades mexicanas y funcionarios de esa misma dependencia, reiniciaran operaciones a fines de este año.

Ya estamos desesperados, se nos acabó el dinero y muchos de nosotros ya estamos pensando en que lo mejor es regresar y esperar a que se reanude el servicio del tren, dice un migrante de origen salvadoreño quien considera que no vale la pena arriesgar su vida para llegar a Estados Unidos.

Estoy esperando un dinero que me van a mandar de Sonsonete, me voy a regresar. Prefiero comer frijoles a perder la vida.

Con la suspensión de las actividades del ferrocarril, el drama de los migrantes que en su mayoría buscan trasladarse a Estados Unidos, es aún más peligroso.

Los que no cejan en este objetivo y se encuentran en las inmediaciones de Arriaga, tendrán que enfrentar nuevos obstáculos: caminar entre pantanos, montañas y sobre todo enfrentar a las mafias de policías oaxaqueños que se dedican al secuestro y violación de migrantes, denunciaron los indocumentados.

Después de que el huracán Stan destruyó puentes y las vías del tren hace casi dos años, los migrantes tienen que caminar más de 300 kilómetros desde Ciudad Hidalgo, localidad fronteriza con Guatemala, hasta el municipio de Arriaga, que limita con Oaxaca, donde abordaban el lomo de la bestia, como ellos mismos le llaman al ferrocarril.

Con la suspensión de las operaciones de Chiapas – Mayab, ahora los migrantes tendrán que caminar unos 180 kilómetros más para llegar a Ixtepec, Oaxaca, donde abordarán el ferrocarril que los acercará a la frontera con Estados Unidos.

Tenosique, Tabasco, es el segundo punto importante por donde los migrantes centroamericanos transitan en grandes grupos para abordar el ferrocarril.

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