El Sistema Integral de Vigilancia Exterior, también conocido como Sive, no sólo ha sido un elemento que ha influido en las rutas que constantemente rediseñan los traficantes de seres humanos y drogas, sino que es igualmente un termómetro de la actividad ilícita en la línea costera de la provincia. Tan sólo basta un rápido análisis de los datos sobre el rendimiento que ha tenido este dispositivo en los últimos meses para ratificar una tendencia que se venía vislumbrando y que las propias Fuerzas de Seguridad del Estado no niegan: las organizaciones mafiosas que se lucran de los sin papeles y el narcotráfico están recuperando la ruta del Estrecho para sus fines, aunque con métodos diferentes a los que utilizaban antes de la implantación del Sive.

Sólo en la demarcación de la Comandancia de Cádiz, que abarca desde la Costa Noroeste hasta Barbate, se han aprehendido en los primeros siete meses del año más de doce toneladas de hachís en operaciones descubiertas por las cámaras del Sive, mientras que en todo 2006 se incautaron apenas dos toneladas y media gracias al mismo procedimiento. Un desfase de cifras importantes aparece en el apartado de inmigrantes interceptados de enero a julio de 2007 (134) frente a los 81 que fueron localizados en el mismo periodo pero del año 2006 – datos aportados por la Guardia Civil – .

Este sistema se instaló en la provincia en el año 2002 para vigilar el perfil costero del Campo de Gibraltar. Las constantes aprehensiones de embarcaciones cargadas de inmigrantes irregulares y fardos de hachís obligaron a las mafias a redefinir sus estrategias para llegar a la costa española con éxito. Así, gradualmente fueron descendiendo las operaciones desarrolladas por la Guardia Civil en el pasillo del Estrecho, una señal inequívoca de que estaba dejando de ser usada esta ruta con la misma intensidad que años anteriores. La Comandancia de Algeciras vio como a punto de cerrar 2003 contabilizaba 4.187 extranjeros indocumentados detenidos y un año después este mismo apartado contemplaba una cifra bien distinta: 1.118, lo que demostraba una menor actividad en esta franja costera.

En ese año, 2004, el Gobierno central ponía en liza una prolongación del sistema de vigilancia que abarcaba los más de 180 kilómetros de costa entre Zahara de los Atunes y Sanlúcar, completando el cerco en el litoral gaditano.

Por esas fechas, los traficantes ya habían encontrado una alternativa que les garantizaba un mayor éxito en sus operaciones, pero a cambio tenían que alargar sus travesías, renunciando a la vía más rápida para llegar a Europa: los apenas 14 kilómetros que separan África de Cádiz. Las grandes perjudicadas fueron las provincias vecinas: Málaga, Granada y Huelva, hacia donde llegaban los alijos. En la costa malagueña, por ejemplo, fueron interceptados en 2003 casi 800 sin papeles y un año después eran más de 2.500 los apresados al tratar de llegar a España.

La estrategia del Gobierno fue ampliar el Sive por todo el litoral andaluz, provocando que las mafias pusieran sus ojos en la costa portuguesa, libre de cámaras, y el archipiélago canario, que a lo largo del año pasado vivió un auténtico drama humana con oleadas diarias de cayucos llegando a sus aguas.

Los datos que obran en poder de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración son una buena base que corroboran esta tendencia. En 2001, antes de que el Sive fuera instalado en Algeciras, las Fuerzas de Seguridad detectaron en el área del Estrecho (bajo este epígrafe se engloba la costa andaluza, la de Ceuta, Melilla y la de Murcia) 783 embarcaciones con inmigrantes irregulares, 589 de las cuales fueron interceptadas en Cádiz. Además, fueron detenidos 14.405 sin papeles. Ese mismo año, en Canarias arribaron sin éxito 277 naves y fueron apresados 4.112 inmigrantes.

Las preferencias de los traficantes, en cuanto a rutas, quedaron de nuevo al descubierto tras la instalación de las primeras cámaras de vigilancia en la provincia. En 2003, en el área del Estrecho fueron detenidas 362 pateras y 9.788 inmigrantes; mientras que en las Islas Canarias fueron 580 las naves interceptadas y 9.388 los extranjeros que cayeron en manos policiales.

Un nuevo refuerzo

A día de hoy, el Sive se enfrenta a una nueva reactivación de la ruta del Estrecho, que es la preferida por las mafias marroquíes por ser la más corta, tras un 2006 de escasa actividad delictiva. La información que le llega al Gobierno, emanada de las investigaciones policiales, confirma no sólo que de nuevo se está utilizando el pasillo que separa ambos continentes para la introducción de hachís y extranjeros indocumentados, los narcos también están utilizando la infraestructura creada para el tráfico de cannabis pero con la cocaína; la droga más demandada por el mercado español.

Ante este nuevo panorama, el sistema de vigilancia que hay en el litoral gaditano ha sido reforzado con un nueva cámara, ubicada en la zona de Conil, y que acaba de entrar en funcionamiento hace tan sólo escasos días.

Esta estación sensora es la octava que se instala en la costa gaditana: cinco son controladas por la Comandancia de Algeciras y las otras tres por los compañeros del Instituto Armado de Cádiz.

Pero este dispositivo no sólo se enfrenta a la reutilización del Estrecho sino también a la respuesta de las mafias ante una mayor custodia. Conscientes de que las neumáticas de potentes motores, para la droga, o las pateras, para el transporte de inmigrantes, llaman excesivamente la atención y son detectadas rápidamente por las cámaras, la alternativa son los barcos de recreo y los pesqueros. El Sive los detecta, pero es inviable detener cada embarcación de estas características que navega por el Estrecho, uno de los puntos con mayor tráfico marítimo del mundo.

La velocidad ha sido sustituida, en definitiva, por un buen disfraz.